| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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¿Unidades especializadas en la lucha contra la violencia de género?

Las víctimas de violencia de género merecen la mejor atención, protección y asesoramiento, siempre con unas instalaciones adecuadas, sobre todo cuando vienen acompañadas con sus hijos

| Eva García Lara * Edición Valencia

En numerosas ocasiones vemos a compañeros y compañeras que ante determinadas actuaciones policiales no saben qué hacer, o les da un poco igual lo que pase en momentos complicados. No por bloqueo momentáneo, ni descoordinación, sino porque nunca les gustó el trabajo para el cual sirven: ser policía.

De modo que, siempre inseguros, distantes y desconfiados, critican todo lo que ven, no muestran casi ningún interés por mejorar en su trabajo ni por una debida organización y desempeño profesional.

No saben cómo mostrarse ante situaciones complicadas y delicadas, o cómo ayudar a los compañeros vocacionales con un interés desmesurado por aprender y seguir aprendiendo en la resolución de conflictos. Esta clase de policías existe, desgraciadamente, como puede ocurrir en otro tipo de profesiones y son más de los que podemos imaginar.

Hay algunos que son muy buenos en su profesión, pero tiene el llamado síndrome de “estar quemado”, el Burnout, al adquirir una desidia generalizada con el tiempo por las circunstancias negativas de la propia organización policial que le importa bastante poco el día a día y que estos compañeros sigan depresivos sin ningún objetivo profesional, desencantados y sin la llamada “motivación”, tan importante en todos los tipos de trabajos.

La palabra vocación profesional le viene grande a muchos y muchas que no predican precisamente con el ejemplo, no comprenden la palabra compañerismo, dedicación, valor, responsabilidad, formación continua, compromiso, empatía, dignidad, actitud, honor, no ser corporativista, vocación de servicio público.

La palabra vocación profesional le viene grande a muchos y muchas que no predican precisamente con el ejemplo, no comprenden la palabra compañerismo

Mi consejo para todos ellos se resume con la frase del sabio chino Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Claro que está muy bien ser funcionario “sin pegar palo al agua” y siempre criticando todo lo que ven sea bueno, muy bueno o regular, porque están en disposición de no avanzar y de no admitir ningún cambio. Este terreno embarrado le viene bien a más de uno.

Cuando se crean las tan necesarias “unidades especializadas en la lucha contra la violencia machista”, sus componentes deben ser personal sobre todo vocacional en la profesión policial; formado en la materia en concreto y de forma continuada (por iniciativa del Organismo público con un compromiso más que serio y responsable); ser voluntarios en querer pertenecer a la unidad o grupo especializado, nunca deben de ser obligado.

Lo digo alto y claro: “si que tienen que tener un determinado perfil”, un currículo para que ustedes lo entiendan y cómo escuché una vez a alguien: “son cosas de chicas”. Me tienen que perdonar pero no es así, es una cuestión de “todos”.

He tenido compañeros policía desarrollando funciones especializadas en violencia de género para quitarse el sombrero. Para mí seres especiales, pues no conocen ni la envidia ni los celos de los demás, y estos siempre estuvieron a la altura, súper responsables de los que agradezco su forma de enseñarme, de asesorarme y de informarme debidamente para dar un servicio policial sobresaliente. En estos momentos desgraciadamente es una utopía. Desde mi humilde opinión deben de ser grupos mixtos con perspectiva de género,  necesarios para luchar contra los maltratadores, poniendo el foco sobre ellos.

Otra característica de los integrantes de una unidad especializada que nunca se menciona, es su conocimiento en seguridad ciudadana, concepto muy importante para la detención del maltratador, en la mayoría de los casos con numerosos antecedentes penales. Por otra parte los grupos deben de integrarse por policías que creen en el proyecto, que se llevan bien entre ellos y que forman un grupo sólido, sin fisuras.

Las víctimas de violencia de género merecen la mejor atención, protección y asesoramiento, siempre con unas instalaciones adecuadas e idóneas sobre todo cuando vienen acompañadas con sus hijos e hijas menores.

La dedicación tiene que ser exclusiva y no mezclar con otros trabajos que pueden restar importancia a la “propia violencia de género”, una especialidad tiene que ser real y sobre todo efectiva. Conocemos compañeros que trabajan de paisano realizando acompañamientos muy importantes para la protección de la víctima como cuestión importante (un saludo a Máximo).

No podemos predecir todo hecho criminal ni somos videntes para averiguar el pensamiento de un asesino, pero si podemos minimizar lo máximo posible el riesgo de que suceda con el mejor equipo profesional y vocacional que está por y para estos casos concretos, aumentando la capacidad del grupo (o de los grupos dependiendo de los habitantes) para una mayor respuesta respaldada por mandos y políticos, así como todos los organismos colaboradores, pero que en ocasiones parece que seamos todos desconocidos y que no conocemos este problema. Esta es la realidad.

Mi consejo y mi motivación para muchos y muchas profesionales que si que queremos trabajar  se resume también con una frase: “Que las cosas sean de una manera, no significa que no se puedan cambiar”. Merlí Bergeron. Quiero decir que las cosas se tienen que meditar de un modo responsable, realizar una debida tormenta de ideas y diseñar un plan de trabajo como dios manda, no un simple escaparate con más agujeros que un queso gruyer.

“Nunca me quedaré callada si algo no me gusta”… Es una simple cuestión de lógica.

Hay que entender que en estos temas tan serios no hay que tomárselos a la ligera sin la debida responsabilidad y organización. Las cosas mediocres no llegan al final de nada.

Importante información para los lectores: El 016 es el teléfono de atención a víctimas de violencia de género, que no deja rastro en la factura pero sí en la memoria del teléfono, hay que borrar la lista de las últimas llamadas realizadas.

* Policía local y grupo EmeDdona