| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Castilla y León, una Semana Santa llena de emoción

Con más de de 100 experiencias turísticas, sus ocho fiestas de interés turístico internacional hacen de Castilla y León la comunidad más adecuada para disfrutar de una Semana Santa completa.

| ESdiario Viajar

Con el lema 'Diez días para emocionarte' la Junta de Castilla y León presenta sus propuestas para Semana Santa, en las que hay espacio para procesiones y actos religiosos, pero también para practicar rutas de enoturismo, para turismo familiar, cultural, activo, rural, relax y urbanita. Las celebraciones de Semana Santa serán el eje central de estas actividades, pues no en vano Castilla y León es la Comunidad española con más Semanas Santas –ocho en total: Ávila, Valladolid, Zamora, León, Salamanca, Palencia, Medina del Campo y Medina de Rioseco– que han sido declaradas Fiestas de Interés Turístico Internacional.

Este sello de prestigio que avala las especiales características de estas fiestas, a las que se unen además cinco de Interés Turístico Nacional y diez de Interés Turístico Regional. La consejera de Cultura y Turismo, Josefa García Cirac y el director general de Turismo, Javier Ramírez, desglosaron los atractivos de la Semana Santa en su Comunidad y lo resumieron "como uno de los eventos culturales, artísticos, patrimoniales y turísticos más importantes de la Comunidad".

La Semana Santa en Castilla y León ofrece, sin duda, numerosas experiencias y momentos inolvidables en los magníficos escenarios que la Comunidad ofrece: frente a la catedral de León, bajo el acueducto de Segovia, rodeando las murallas de Ávila, en la impresionante Plaza Mayor de Salamanca o Valladolid, frente al Castillo de la Mota en Medina del Campo... Silencio, solemnidad, orden, fervor, pasión y una lección de arte por la calidad de las imágenes que desfilan por sus calles, obra de maestros como Gregorio Fernández, Juan de Juni y Berruguete, son el denominador común de todos esos momentos, aunque cada lugar tenga su propia particularidad. 

Además, su gastronomía esconde platos especialmente sabrosos. El bacalao desalado es uno de los ingredientes más habituales en los platos de Cuaresma y Semana Santa. El Pulpo a la Sanabresa es un primo lejano del famoso pulpo a la gallega, pero con personalidad propia de tierras zamoranas. El potaje de vigilia es otro de los platos estrella de la gastronomía castellanoleonesa durante estas fechas. Además patatas viudas (sin carne ni otras proteínas), los guisantes con huevos, alcachofas con guisantes y habas, o los garbanzos con acelgas. Y, por supuesto, muchos postres, una forma de compensar en Cuaresma la falta de carne y que muchas veces son provisión de los peregrinos que recorren el Camino de Santiago por estas tierras.

 

Hagamos un repaso a los planes más recomendables:

Ávila y el Vía Crucis de los Ajusticiados. Con la muralla al fondo, la iglesia románica de San Pedro Apóstol, situada frente a ella y a la Puerta de San Vicente, es testigo del Vía Crucis de Penitencia en el que el Cristo de los Ajusticiados, también llamado Cristo de la Buena Muerte, es el protagonista.

Burgos. Un preso perdonado oye cantar en Las Salesas. La salida de la Virgen de la Soledad, con su mirada hacia el cielo y la corona de espinas junto a su pecho, traspasando las gruesas paredes de la iglesia de Santa Águeda, mientras se interpreta en himno nacional, conmueve hasta a los menos patriotas o los menos creyentes en la noche del Sábado Santo y es, seguramente, uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa burgalesa. 

León. “Matar judíos” en su Barrio Húmedo. En sus calles no hay cofrades, sino «papones» y tomarse unas limonadas o unos vinos en los bares del Barrio Húmedo es ir a «matar judíos». Son algunos de los términos con los que el viajero debe llegar a la Semana Santa de León, donde la tradición y la solemnidad son las máximas protagonistas.

Palencia y la Función del Descendimiento. Tal vez uno de los actos más originales de la Semana Santa palentina es la Función del Descendimiento a las 19:30 horas en la Plaza de la Inmaculada que organiza la Cofradía del Santo Sepulcro. Se trata de una escenificación en la que desde un estrado en el que se encuentra el Cristo del Desenclavo se hace una simulación del descendimiento retirando los atributos de la Pasión, la corona de espinas, los clavos, el cartel, y se reza una oración. 

Salamanca. Los Oficios de la Universidad el Jueves Santo. Ciudad Patrimonio de la Humanidad, la Semana Santa tiene escenarios de excepción en Salamanca como sus dos catedrales, la Clerecía, la fachada plateresca de la universidad o el barroco de la Plaza Mayor. El Jueves Santo la celebración de Los Oficios en la capilla vieja de la Universidad es única. Mezcla de acto litúrgico y académico en el que participan todos los docentes está considerado como un claustro extraordinario, en el cual los catedráticos se visten con las galas académicas.

 

Segovia. Con antorchas al encuentro de los templarios. El viernes santo, a las 11 de la noche, una hilera de luces desciende por la carretera desde Zamarramala con destino a la Vera Cruz, una de las pocas iglesias templarias que hay en España. Proporciona una de las vistas más bonitas de la ciudad y permite admirar el Alcázar en todo su esplendor. A mitad de camino, se encuentran con los Caballeros de la Orden de Malta, que forman el cortejo de la procesión del Santo Entierro y que custodian al Cristo en adelante.

Soria. Cada cofradía especialista en un pasaje de la Pasión. El Viernes Santo salen todas las cofradías, acompañadas de sus respectivas Hermandades, en una sola comitiva. Única en Castilla y León en seguir con precisión cronológica lo acontecido durante la Pasión de Cristo, la Semana Santa de Soria convierte la ciudad en un gran escenario, por el que discurre un argumento contado con gran coherencia y belleza plástica.

Valladolid. Un museo de escultura al aire libre. En la capital del Pisuerga destacan las tallas de los grandes imagineros de todos los tiempos que en la Pasión salen a la calle a hombros de los cofrades. Sus tallas se encuentran entre las de mayor valor artístico del mundo en escultura policromada, gracias sobre todo a imagineros como Juan de Juni y Gregorio Fernández, activos en el periodo en que la ciudad fue Corte imperial. Sus procesiones del Viernes Santo están consideradas como una exquisita y valiosa muestra de escultura religiosa castellana.

Zamora. Compartir pasión y alegría en la “procesión de los borrachos” El encanto convive con un verdadero fervor cofrade aquí. La música cobra especial protagonismo: los cantos gregorianos y corales contribuyen al esplendor de las procesiones e intensifican los sentimientos del público. En la conocida como «procesión de los borrachos», se toman sopas de ajo el Viernes Santo. El irreverente y festivo nombre se debe a que la procesión comienza sobre las cinco de la mañana y al hecho de que atrae cada año a muchos jóvenes que vienen de distintas zonas para disfrutar de la noche de fiesta y ver la procesión.