| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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¿Fue provocado el accidente en que murió Diana?
¿Fue provocado el accidente en que murió Diana?

Continúan los interrogantes sobre la muerte de Lady Di

Han pasado veinte años desde que Diana muriera en un accidente de tráfico. Sin embargo, las sospechas continúan. ¿Quién era el padre del bebé que esperaba? ¿Murió en un accidente provocado?

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Ya han pasado veinte años desde aquella fatídica noche en que Lady Di perdió la vida en París. Iba acompañada de Dodi Al Fayed, a quien se presentaba como el hombre de quien estaba perdidamente enamorada y con quien planeaba casarse. Sin embargo, algo no cuadra en esta historia, porque la princesa no había cortado la relación con el cirujano paquistaní de quien se prendó durante una visita al hospital donde éste trabajaba. A partir de ese momento, Diana hizo todo lo que estuvo en su mano para acercarse a Hasnat Khan. El problema fue que la familia del médico no dio el visto bueno a la relación. El hecho de que se tratara de una mujer divorciada fue el gran impedimento que puso la madre del doctor, que dejó bien claro que jamás daría su bendición a esa unión.

Cuando Dodi entró su vida, Lady Di y Hasnat seguían manteniendo contacto. Él se encontraba atrapado entre los sentimientos por su novia y la obediencia a la familia. Ahí se produjo un alejamiento pero no la ruptura definitiva. De hecho, muchos sostienen que Diana utilizó a Dodi para darle celos a Hasnat. Imposible que el amor que sentía la princesa por el cirujano, y viceversa, se evaporara de repente, así como el contacto. De hecho, en este sentido, consta que mantuvieron varios encuentros tanto en casa de Khan como en la residencia de ella, el palacio de Kensington.

El rumor de que la princesa estaba embarazada saltó apenas veinticuatro horas después de su fallecimiento. Se comentó que estaba en el tercer mes de gestación. Por tanto, el padre no podía ser Dodi Al Fayed, a quien se había unido seis semanas antes. Así las cosas, todas las miradas apuntan a Hasnat. Un hombre que jamás ha querido hacer declaraciones sobre lo que vivió y sintió con la conocida como Princesa del pueblo. En 2006, el cardiólogo abandonó la soltería accediendo al matrimonio concertado que sus padres habían elegido para él. Se casó con una compatriota, de buena familia, que, como él, también era médico.

Un análisis de sangre habría bastado para confirmar o negar el tan comentado estado de gestación de la princesa. No obstante, el misterio se cierne sobre el expediente médico que sobre ella se abrió en el Hospital Pitié-Salpêtrière, donde fue trasladada tras el terrible accidente. Mucho se ha hablado y escrito de una carta confidencial que habría enviado el director de anestesiología del mencionado centro médico a Jean Pierre Chevànement, entonces ministro del interior francés. En la misma, el doctor confesaba al político que Diana de Gales estaba embarazada de nueve semanas. Las dos partes implicadas negaron que tal cosa fuera cierta y el documento jamás vio la luz. Un periodista francés aseguró que un cirujano del Pitié-Salpêtrière le comentó que los análisis realizados a la princesa confirmaron el estado de buena esperanza. Sin embargo, al día siguiente, cuando fue a consultar el expediente de la fallecida, no había ni rastro del resultado de la extracción. Tan solo un informe sobre el examen externo que le realizó una patóloga del hospital a quien se le prohibió expresamente, así consta en el informe policial, que sacara muestras de sangre.

Los interrogantes continúan sobre si la muerte de la princesa fue provocada o un accidente de tráfico por exceso de velocidad. Sea como fuere, el caso es que la familia real británica estaba muy preocupada por las elecciones sentimentales de la princesa. El hecho de que tanto Hasnat como Dodi fueran musulmanes causaba intranquilidad y representaba un serio problema. De ahí la teoría de la intervención de los servicios secretos. Incógnitas y más incógnitas. Sea como fuere, el caso es que Diana de Gales, aunque ya no formara parte de los Windsor, debía seguir unas normas. Deseaba renacer de sus cenizas para ser ella misma. Gritaba libertad. Sin embargo, la senda que había de pisar ya estaba marcada.