| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Xi Jingping, tras abofetear a Sánchez
Xi Jingping, tras abofetear a Sánchez

El presidente de China se horripila por la cantidad de bazares chinos de España

Pedro Sánchez se empeñó en darle una vuelta en el Falcon a Chin Chin Pún, que se llevó las manos a la cabeza al comprobar que en España hay más bazares que en China.

| El Pato Cojo Opinión

 

 

El presidente de China, Chin Chin Pún, se ha quedado escandalizado al comprobar que en España hay más bazares y restaurantes chinos que en su país, según le reveló al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita oficial.

Al parecer, Sánchez se empeñó en darle una vuelta a Chin Chin Pún en el Falcon Force One, que va a tener que cambiar en breve las escobillas del parabrisas por el uso intenso que La Moncloa le da a la aeronave de un tiempo a esta parte.

En el viaje, a pocos metros de la superficie y con las ventanillas bajadas para que Sánchez pudiera saludar a los ciudadanos deseosos de aplaudir a las fuerzas del cambio, Chin Chin Pún pudo comprobar la existencia de decenas de polígonos asiáticos en las inmediaciones de Madrid, llevándose las manos a la cabeza sorprendido.

 

Pero el colapso fue total cuando, al bajarse del avión y rechazar "otra vuelta" en el helicóptero que traslada cada día a Sánchez al estanco, Chin Chin Pún paseó por las calles de Madrid y otros municipios próximos y constató, al querer comprar el pan, que sólo podía hacerlo en bazares popularmente conocidos en España como "chinos".

"Un chino comprando el pan a un chino en el chino", bromeó Sánchez entre risas del mandatario oriental que, a continuación, deportó al embajador español en Pekín y cambió el programa educativo en todo el país para excluir el español "como en Cataluña".

Las gafas de Pedro

Chin Chin Pún rechazó comprar allí una barra, a la espera de encontrar una tahona, y le rogó al jefe del Ejecutivo que le llevara a comprar unas gafas de sol para protegerse, al  considerarle un experto en la materia. Al comprobar que Sánchez le llevaba a un todo a cien atendido por otro compatriota, Chin Chin Pún salió huyendo tras dar dos bofetadas al presidente español, un gesto que la diplomacia sanchista interpreta como un símbolo de fraternidad.

"Hay que respetar otras culturas, y si en China la costumbre es dar dos hostias a tu anfitrión cuando te lo estás pasando teta, solo podemos concluir que tras el éxito con Gibraltar cosechamos uno más con una de las potencias mundiales del futuro", explican a El Pato Cojo fuentes del PSOE.