Toño no está solo y Belén se muestra más agitada de lo normal

Llueve sobre mojado. La publicación de la información acerca de los mensajes con los que Toño Sanchís podría desmontar la versión almibarada de Belén Esteban ha revolucionado las redes sociales. Aprovechan la animadversión que despierta uno y otra para repartir estopa indiscriminadamente. A pesar de los pesares, me advierten que Toño no dará su brazo a torcer, que tiene el profundo convencimiento de su inocencia y luchará por demostrarlo ante los juzgados y la opinión pública. Es su obligación ahora que está en boca de todos. 

Toño no está solo. Ha buscado -y encontrado- los apoyos que necesitaba para continuar hacia adelante. No solo en su proceso judicial contra una Belén algo más agitada de lo normal, sino también para reencontrar su sitio en el terreno profesional. Me aseguran que la expansión de Sanchís allende nuestras fronteras es un hecho. Que el manager tiene una estructura empresarial sólida que le permite tener cuantiosos beneficios económicos en México y Miami. No solo en temas estrictamente de representación, sino también de otros sectores relacionados con el show business. 

Es como si fuera cierta aquello que Coelho escribió en El Alquimista. El destino vuelve a sonreír a Toño.

Es como si la vida hubiera resuelto sus inagotables problemas, como si fuera cierto aquello que Coelho escribió en El Alquimista sobre los motivos ocultos de cualquier cambio drástico. Maktub. A Toño empieza a sonreírle un destino que no siempre ha sido benévolo. Su familia aplaude sus últimas decisiones y sigue fortaleciendo vínculos con sus representados. Los que han decidido actuar con valentía sin seguir la estela de la Esteban, sin miedo al destierro profesional. Han hecho bien, pues no creo que Belén juegue con el pan de nadie. Es más inteligente y bonachona, quizás una cualidad que en tiempos confusos se vuelve defecto sombrío.

Me cuentan que, en efecto, Toño no guarda rencor pero sí cierto desasosiego. No entiende los desaires públicos e insistentes de Belén, pero tampoco los ataques de colaboradores como Jimmy Giménez Arnau o Terelu Campos, con quien espera mantener una conversación sanadora. Es cuestión de tiempo. Me pregunto qué pasará si, como manifiesta su entorno más inmediato, Toño logra salir ileso de la matanza jurídica. Quizás será demasiado tarde. O quizás no.