| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Jenaro Castro, director de "Informe Semanal".
Jenaro Castro, director de "Informe Semanal".

Jenaro Castro, harto, explota y cuenta lo que verdaderamente pasa dentro de RTVE

El director de "Informe Semanal" ha estallado en un duro artículo en el que denuncia la hipocresía de los trabajadores de la pública que hacen mucho ruido pero solo con fines políticos.

| ESdiario Medios

Siempre en el ojo del huracán a cuenta de su parcialidad o imparcialidad, de su neutralidad o su sectarismo, de su objetividad o subjetividad... este martes el director de Informe Semanal, Jenaro Castro, alza la voz en una tribuna en El Mundo contra las "campañas de propaganda y descrédito que se vierten con alevosía, premeditación e impunidad sobre la radio y la televisión públicas" mientras los políticos se ponen de acuerdo en la renovación del Consejo de Administración y Presidencia.

Y es que, tal como recalca Castro, entre los más de 6.000 trabajadores de la plantilla de RTVE hay de todo, aunque "una amplia mayoría adopte una posición de discreta neutralidad frente a otra parte más ruidosa".

A su juicio, esas campañas de descrédito se "atizan como hogueras de la Santa Inquisición desde algunos medios y sectores internos de RTVE con la intención de apropiarse de los valores periodísticos de la neutralidad, la pluralidad y la objetividad cuando en realidad representan un determinado posicionamiento ideológico".

Y de hecho, protesta, "aquellos que apelan a la televisión pública de todos como argumento de batalla realmente parecen demostrar por sus omisiones, actos y diretes que pretenden una televisión hecha a la medida de su pensamiento militante y sus aspiraciones personales, lo cual es legítimo si bien traiciona el principio filosofal de la profesión periodística que dicen defender y que no es otro que la verdad. Y la verdad es que RTVE debe ser de todos, y no de unos pocos. La verdad es que RTVE representa una España libre y democrática firme en torno a la Constitución y contraria al concepto populista, antisistema y rupturista de la información. La verdad, en definitiva, no es posverdad", clama.

En este sentido, recuerda que "los que llevamos años en RTVE y hemos pasado por distintas etapas sabemos que ha sido y es un arma arrojadiza en la disputa política. Por eso no podemos aceptar deslealtades de tanto calibre, lecciones de parte ni acusaciones de manipulación por mucho que se intente documentar de forma subjetiva y se multiplique en altavoces afines que persiguen el monopolio informativo y publicitario, cuando en otros tiempos reinaba un silencio cómplice de los mismos que ahora tanto protestan".

Por eso insiste en que el hecho de que "haya distintos criterios informativos o de programación, todos legítimos dentro de los márgenes de la ley no da carta blanca a criminalizar a una determinada dirección de ayer, hoy o mañana. Se puede hacer, pero no en nombre de la verdad y del periodismo libre. Porque realmente lo que se consigue es desprestigiar RTVE para lograr el objetivo del control al servicio de unos determinados intereses políticos, empresariales y mediáticos".

Así, Jenaro Castro recuerda que "los que ahora se rasgan las vestiduras se olvidan con enorme facilidad y cinismo del multimillonario ERE de 2006 que todavía pagan los españoles con sus impuestos, que no ha resuelto los excesos de plantilla pues se realizaron cientos de contrataciones que en su momento no merecieron la peyorativa calificación de redacción paralela utilizada para 14 contratos recientes y que supuso la dilapidación de un gran capital profesional y humano con jubilaciones anticipadas cuyos números rojos son fáciles de encontrar en internet".

En un duro artículo, arremete contra "esa hipocresía y ligereza con la que se borra de la memoria de RTVE el rastro de tropelías que ahora se imputan a otros debe incluir también la arbitraria retirada de la publicidad de TVE en 2009, el acomodo de fusiones y del mercado televisivo para mayor apuntalamiento del duopolio, la problemática de las televisiones públicas autonómicas, alguna de ellas sin Dirección General más de un lustro y absueltas del juicio partidista por magia del doble rasero pues para ellas no se utilizan ni la misma vara de medir ni la lupa que con TVE". 

Y sin embargo, "queda un patrocinio limitado y cultural para TVE a cambio de las tasas de radioeléctricas, teles privadas y tele-operadoras con las que disimular lo que pretendía ser el entierro de la televisión pública española y que lejos de morir está resucitando con liderazgo de audiencia en informativos diarios y no diarios y éxitos de programación que amenazan el negocio y la influencia social de otros sectores del mercado televisivo". 

En conclusión, Jenaro Castro asegura que "en defensa de una televisión pública de todos, muchísimos trabajadores de RTVE rechazamos el linchamiento permanente y exigimos la viabilidad de la Corporación como factor de contribución a la democracia española. Transparencia, verdad y respeto para todos los que formamos parte de RTVE, y en especial para esa mayoría silenciosa que porta en la solapa imaginaria del trabajo diario, la honestidad, la lealtad y la decencia el lazo blanco de una televisión pública necesaria, integradora y compartida".