| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Rajoy activa su plan para neutralizar a Puigdemont agitando las aguas del PDeCAT

Moncloa sabe que, desarticulada la amenaza del 1-0, el problema catalán precisa de una nueva operación quirúrgica de tipo político. Y se ha puesto manos a la obra con un reto prioritario.

| Javier Ruiz de Vergara España

Desmantelada de la forma más quirúrgica posible la sala de maquinas en la que la Generalitat organizaba el referéndum ilegal del 1 de Octubre -gracias a la valentía del juez Juan Antonio Ramírez Sunyer y la brillante operación de la Guardia Civil- la nueva hoja de ruta que Mariano Rajoy tiene sobre la mesa de su despacho entra en la segunda fase, la política, la más importante para desactivar el riesgo que más sobrevuela sobre Moncloa: que sea el sector más radical de Esquerra y la CUP los que asuman la respuesta en la calle al golpe ejercido éste miércoles por el Gobierno.

El problema para Madrid está plenamente identificado y se llama Carles Puigdemont. Se le considera el freno único a una salida razonable al callejón sin salida en el que se ha metido la Generalitat, arrastrando además a todas las instituciones de Cataluña. La señal de alerta sobre la nueva operación en marcha la lanzaba este jueves La Vanguardia desvelando una cena en Madrid entre un alto cargo del Gobierno y otro de la política catalana.

Sobre la mesa, a los capitanes del PDeCAT: una reforma constitucional pactada y un concierto económico para Cataluña similar al vasco

Tras éste encuentro y tras la culminación de la llamada Operación Anubis, que golpeó al entorno más próximo a Junqueras con 14 detenciones de entre sus altos cargos, dos mensajes de dos relevantes ministros no han pasado desapercibidos en el día después. El portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, ofreciendo diálogo amplio a la Generalitat si se retira la consulta; y el de Economía, Luis de Guindos, afirmando sin ambigüedades que si se olvida el 1-0, la puerta a un nuevo sistema de financiación para Cataluña se abrirá de inmediato.

Según relatan a ESdiario fuentes conocedoras de la operación -que Rajoy esbozó este miércoles a Pedro Sánchez y Albert Rivera- el Gobierno ha abierto una línea caliente con un sector de la antigua Convergencia, con la mediación de varios importantes empresarios catalanes. El objetivo: apear a Puigdemont del Palau de San Jaume y aterrizar en unas elecciones anticipadas.

Estas mismas fuentes reconocen que la opción inicial de Moncloa para esta salida negociada era el vicepresidente Junqueras. Opción que ha deshechado. "No parece que el partido catalán independentista por antonomasia vaya a actuar ahora de moderado. Aunque podría plantear a los catalanes esta salida: 'me han detenido a mi gente, no se puede organizar un 1-0 medianamente serio, salgamos a la calle en una gran manifestación y convoquemos elecciones anticipadas'", afirman fuentes de Ciudadanos.

 

El nuevo portavoz de PDeCAT, Carles Campuzano, el hombre a jugar un papel decisivo en la desactivación del "procés".

 

El Gobierno busca así un nuevo presidente de la Generalitat con el que negociar una doble solución que abra un horizonte de cierta estabilidad: una reforma constitucional pactada y un concierto económico para Cataluña a imagen y semejanza el vasco. Uno de los políticos que siguen manteniendo permanentes contactos entre Madrid y Barcelona, el exportavoz de CIU en el Congreso, Josep Antoni Durán Lleida, reapareció este jueves con esta receta. 

Moncloa da por amortizado a Junqueras y contacta con la vieja guardia de Convergencia para que empuje a los dirigentes más jóvenes del PDCAT

"¿Podría el Govern catalán desconvocar el ilegal referéndum y el Gobierno central pactar la creación de una comisión de expertos, a modo de las Royal Commission del Reino Unido, para que en tres meses elaborare una propuesta política que pueda ser debatida en las Cortes, aprobada si procede, y sometida antes de un año a un referéndum legal para incorporarla luego a la Constitución española?", se preguntaba en un artículo en La Vanguardia.

La segunda fase de esta ambiciosa y arriesgada Operación Cataluña tiene un objetivo puramente político. Las encuestas que maneja Moncloa -que coinciden con las de C's y PSC- contemplan la perdida por un escaño de la mayoría absoluta que ostentan PDeCAT, ERC y CUP en el Parlament. Con Artur Mas inhabilitado y Puigdemont derrocado, serían los nuevos capitanes del PDeCAT los encargados de tomar las riendas: su coordinadora general Marta Pascal y su portavoz en el Congreso, Carles Campuzano están llamados a jugar ese papel. Siempre y cuando la vieja guardia de la antigua Convergencia, la que está a salvo de procesos judiciales y aun sigue moviendo sus hilos, tenga éxito.

En esta fase también juega un papel determinante el líder del PSOE, Pedro Sánchez. Este mismo jueves comenzó a andar su comisión de estudio del modelo territorial. Y ahora deberá frenar una posible revuelta de algunos de sus barones -Ximo Puig y Francina Armengol- que reclaman una nueva financiación y que deberán aceptar un sistema ad hoc para Cataluña si la situación allí se reconduce.