David Jiménez ha enfurecido a sus excompañeros al acusarlos de venderse por una tertulia o una buena hipoteca. Lucía Méndez lo califica de "libro de cotilleos" y pide respeto para la gente.
El libro del periodista David Jiménez ha provocado un terremoto de proporciones bíblicas en la redacción de El Mundo, el periódico que dirigió durante poco más de un año, entre abril de 2015 y mayo de 2016.
Y eso que aún no ha salido a la venta, sino que lo hará el 8 de abril, pero ya se pueden leer algunos extractos en internet.
Los ánimos están muy caldeados entre sus antiguos compañeros, puesto que en El director Jiménez se dedica a poner de vuelta y media a la profesión en general y a la redacción de El Mundo en particular por venderse a los poderes económicos y políticos.
Según Jiménez todos lo hacían menos él, claro, y por eso duró tan poco como director: quiso mantener su "decoro periodístico", como lo define.
Destacadas firmas del diario, con Lucía Méndez a la cabeza, han salido en tromba contra Jiménez por falsear, a su juicio, la realidad.
La abnegada redacción de EL MUNDO -varios Ere, 4 directores en 4 años- no se merece andar en cantares por aquí. Ni sus periodistas ser señalados en un libro de cotilleos de un ex director que no citaré para no publicitarlo. El respeto a los compañeros es lo primero. Lo primero.
— Lucía Méndez Prada (@LuciaMendezEM) 1 de abril de 2019
También Joaquín Manso, Luis Ángel Sanz, Olga R. Sanmartin y Luis Alemany, entre otros, han utilizado las redes sociales para quejarse de un libro que, en palabras de Sanmartin, es de "una crueldad inmerecida".
¿Y qué cuenta Jiménez en El director que tanto ha molestado? El periodista habla de los años dorados de la profesión, los de antes de la crisis, y también de los siguientes, donde según él "en mitad de la precariedad, y con miles de despidos en las redacciones, una tertulia podía bastar para ganarse a un periodista".
Entre otras cosas, Jiménez acusa a sus compañero de haber comido gratis en los mejores restaurantes durante años, recibir de las compañías automovilísticas "coches prestados indefinidamente" y de los bancos "créditos a intereses inimaginables para el resto de los mortales". Todo para asegurarse una "cobertura amable".
E incluso de cobrar sobresueldos de "agencias de comunicación, clubes de fútbol, partidos políticos y grandes empresas como Telefónica, que durante la presidencia de César Alierta llegó a tener subvencionados a 80 de los más conocidos informadores del país".
Y continúa: "El grado de sumisión dependía, en el caso de la prensa escrita, de la beligerancia de la empresa y de la capacidad de resistencia del director de turno".
Tampoco grandes empresarios como Borja Prado (Endesa), César Alierta (Telefónica), Pablo Isla (Inditex) e Isidro Fainé (La Caixa) escapan de su pluma implacable en un libro en el que presume, en realidad, de haberse ganado a estos y otros poderosos enemigos de una lista que "empezaba a ser demasiado larga".
Hasta oídos de David Jiménez han llegado, obviamente, las críticas de sus excompañeros, a quienes se ha dirigido a través de Twitter para pedirles que lean El director antes de tirarse a su yugular. Pero tarde.
El Director no es un libro contra El Mundo. En todo caso contra quienes por codicia y ambición destruyeron su espíritu original y quienes se vendieron a los despachos a cambio de preservar privilegios o aumentarlos. Es la naturaleza humana, pasa en las mejores familias.
— David Jimenez (@DavidJimenezTW) April 1, 2019