| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rajoy besa a Cospedal al término de su discurso.
Rajoy besa a Cospedal al término de su discurso.

Cospedal levanta a los suyos con un emocionado alegato sobre la grandeza del PP

En la inauguración del 18 Congreso nacional la secretaria general hiló un discurso directo al corazón de la militancia popular, supo reconocer los errores y proclamó su marianismo.

| Ana Isabel Martín España

Sabe María Dolores de Cospedal mejor que nadie en el PP que estos cinco años transcurridos desde el 17 Congreso nacional, el de Sevilla, han sido "una montaña rusa", como ella misma los definió.

Los empezaron arriba, en una mayoría absolutísima de 176 escaños; entre medias la crisis y los casos de corrupción estuvieron a punto de hacerles descarrilar; y los terminan con un Gobierno en minoría pero estable dentro de la inestabilidad.

Incluso el liderazgo de Mariano Rajoy se puso en duda durante algunos meses, los que transcurrieron entre las elecciones generales de diciembre de 2015 y las de junio de 2016. Fuera sobre todo; dentro menos.

Y, a pesar de todas las vicisitudes, el partido ha llegado a este 18 Congreso nacional unido, compacto y con la cabeza alta. En buena medida por el trabajo de la protagonista indiscutible de esta primera jornada: la secretaria general, aplaudida y vitoreada por los compromisarios, puestos en pie.

Cospedal hiló un discurso directo al corazón de la militancia popular, de la que destacó su unidad en estos tiempos convulsos en la izquierda. "La tenemos que cuidar, mimar y preservar", advirtió a los suyos. "La unidad no nace de ninguna directriz ni sale de sesudos despachos. Nace de la convicción en unos ideales", afirmó. "Nuestro proyecto es más grande que los nombres".

Tiene razón la secretaria general cuando dice que a veces el suyo ha sido más una carga que un cargo durante estos años de durísimo azote de la crisis y la corrupción. Y, aunque no quiso hablar en primera persona, recordó cómo les "han partido la cara" no una sino muchas veces por "dar un paso al frente y asumir solidariamente el desgaste político".

A veces con motivo, vino a decir Cospedal cuando reconoció que en algunos casos de corrupción "tardamos en reaccionar". Pero a renglón seguido añadió: "Admitimos errores, pedimos perdón e hicimos propósito de enmienda".

No obstante les dijo: "Nunca podrá encontrarse la talla política, humana, ética y de grandeza de la gente del PP".

Una vez más la secretaria general proclamó a los cuatros vientos su marianismo entregado y su lealtad inquebrantable a Mariano Rajoy. "Si tiene un partido unido en torno a él es por muchas cosas; la primera porque se lo ha ganado". Y añadió: "Mereció la pena presidente, y tú tenías razón. Siempre la tuviste".  

En los pasillos de la Caja Mágica nadie duda ni cuestiona a estas alturas la continuidad de Cospedal como secretaria general al menos cuatro años más, y para entonces ya irán 13. Rajoy no quiere ni puede prescindir de ella. El PP tampoco.