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Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en una imagen de 2016
Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en una imagen de 2016

Moncloa "inventó" un Secreto de Estado para tapar gastos de la mujer de Sánchez

INVESTIGACIÓN. La Presidencia tapó el gasto de Begoña Gómez declarándolo "Secreto de Estado" cuando se le pidieron cuentas, pero lo hizo saltándose la normativa.

| Antonio R. Naranjo España

 

 

La Moncloa ha declarado "Secreto de Estado" todo lo relativo a los viajes de Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, incluida a última hora y sin anuncio alguno en su gira americana por Estados Unidos y Canadá del pasado mes de septiembre, tal y como reveló ESdiario con documentación oficial de la propia Moncloa.

Pese a que en aquella expedición Gómez, que carece de estatus institucional, desarrolló una "agenda propia" en una semana de constantes actos de cooperación internacional del interés potencial de la empresa privada que la contrató al llegar su marido a la presidencia; Sánchez tapó el conocimiento del gasto público que supuso todo ello calificando la actividad de su pareja de "materia clasificada" a destiempo, esto es, sin hacerlo de la manera reglamentaria antes de que se produjeran.

Es decir, para esquivar dar cuentas de cuánto le supuso al erario público la actividad de Begoña Gómez, alto directivo de la entidad privada Instituto de Empresa y responsable de un centro de cooperación en África creado ad hoc para ella, La Moncloa adjudicó a la esposa del presidente, posteriormente al viaje, una condición opaca reservada para aquellos asuntos que amenacen y pongan en riesgo la seguridad del Estado.

 

Nuevos datos a los que ha accedido ESdiario derriban sin embargo la estrategia presidencial y colocan sus decisiones al borde de la irregularidad o directamente inmersas en ella. Y es que, según ha podido constatar documentalmente este periódico, Sánchez se saltó el precepto legal insoslayable de llevar al Consejo de Ministros, y lograr su aprobación, el visto bueno para incluir a su esposa en la categoría de materia "secreta y reservada".

Dicho de otra manera, de un lado es dudoso, cuando no imposible, que se pueda esconder legalmente el gasto y las circunstancias de cualquier acompañante de Pedro Sánchez en uno de sus desplazamientos si no tiene categoría de autoridad del Estado; pero en el caso de hacerlo no puede ejecutarse a posteriori: es legalmente obligatorio obtener el plácet previo del Consejo de Ministros.

 

LAS DOS IRREGULARIDADES DE MONCLOA. Un documento oficial de La Moncloa en posesión de ESdiario pone por escrito dos irregularidades para tapar a Gómez. De un lado, inventa una resolución legal que no avala la opacidad de ningún acompañante de una autoridad del Estado si no lo es y, de otro, se salta y omite la inexistencia de un plácet en el Consejo de Ministros para incluir a Begoña Gómez en la categoría de "material clasificado" o Secreto de Estado.

 

Lo cual hubiera colocado a Sánchez y a sus ministros en una situación incómoda y hubiese publicitado de antemano la inclusión en la comitiva oficial de Begoña Gómez con agenda propia: ambas cosas se escondieron hasta el último momento y sólo se supo de ello cuando la pareja bajó por la escalerilla del avión en tierra americana ya y la esposa del presidente dio cuenta, vía hechos consumados, de una parte de su "agenda propia" sin detalles de otros eventuales contactos y actividades.

Sin cumplir

Pero el Consejo de Ministros ni conoció ni aprobó ese más que dudoso requisito legal previo para maquillar al menos el caso, tal y como reconoce un largo informe firmado por la Secretaría General de La Moncloa que obra en poder de Esdiario. La razón probablemente está en que hubiera sido llamativo y antiestético utilizar una reunión del Gabinete para dar una cobertura de apariencia legal a un aparatoso "permiso" que Sánchez, con alta probabilidad, prefirió concederse directamente y sin cumplir con los preceptos establecidos. 

En el mismo documento citado, se intenta esconder el gasto de Gómez en vestidos, escolta o cualquier otro concepto relativo a su "agenda propia" nunca detallada; apelando a su condición de miembro de la "comitiva oficial" de España y al carácter reservado de la información, que sólo es cierta para autoridades del Estado, nunca para sus acompañante sin esa categoría salvo expresa clasificación previa que en este caso jamás existió.

 

La triquiñuela legal de Moncloa al clasificar de "Secreto de Estado" la actividad de su esposa incluye, además de un uso torticero de la ley para dar apariencia de legalidad a una decisión irregular, una mentira formal recogida en un escrito oficial en posesión de ESdiario.

En el mismo, se apela a una ley rubricada por Franco en 1968 y a un acuerdo del Consejo de Ministros de 1986 para, de un lado, negar información sobre el viaje de Sánchez y Gómez a Estados Unidos y Canadá el pasado septiembre apelando a la condición de Secreto de Estado inherente a los desplazamientos del presidente y, de otro, extender a su mujer el secretismo alegando una resolución de la Audiencia Nacional de 2017 que, según La Moncloa, extiende esa necesaria opacidad a los acompañantes del jefe del Ejecutivo.

El truco para Begoña

Es ahí donde irrumpe el maquillaje, por escrito y en documento oficial con el sello del propio complejo presidencial. La vicesecretaria general de La Moncloa rubrica un dictamen en el que literalmente asegura que "la información proporcionada (sobre los gastos de Gómez) no podrá referirse a aquellos viajes o acompañantes, cuando se trate de viajes que hayan sido clasificados como materia clasificada", apelando a un supuesto fallo judicial que avalaría esa posición, la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo, sección 7ª de la Audiencia Nacional, fallada el 23 de octubre de 2017.

En realidad, no existe esa protección extensiva a los acompañantes sin rango de autoridad en el fallo judicial, pese a lo cual La Moncloa se sirve de una clasificación de Secreto de Estado que no es válida para Begoña Gómez, especialmente si no existe el visto bueno previo del Consejo de Ministros.

 

La artimaña legal utilizada, que dice contar con el respaldo de una Sentencia de la Audiencia Nacional y del Consejo de Transparencia, es que se trata de un viaje calificado como materia clasificada. Algo que en el caso presente no ha ocurrido, tal y como acredita la documentación que obra en poder de este diario.

Este acto de clasificación que exige la Ley de Secretos Oficiales así lo impone; asimismo, el Decreto 242/1969 por el que se desarrolla la citada Ley de Secretos Oficiales habrá de ajustarse a lo establecido en su artículo 11, exigiendo, entre otros, que conste la autoridad que le atribuye la condición de secreto o materia clasificada, lugar, fecha y ámbito de aplicación, entre otros. Algo que aquí no ha tenido lugar.

En este sentido es precisamente en el que se ha venido pronunciando reiteradamente el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, y así lo ha hecho la Audiencia Nacional, recordando que además así lo recogen las instituciones europeas y otros países de nuestro entorno.

 

La información solicitada, que preguntaba asuntos tales como el coste de los viajes internos realizados por la “Primera Dama” en USA, el hospedaje, manutención, la seguridad asignada a su protección y el gasto en vestuario, referido a su agenda propia; para el Gobierno de Sánchez queda protegido adhiriéndose de manera sorprendente a una protección solo válida para “movimientos de buques o aeronaves militares” y para “planes de protección de autoridades y miembros de la Fuerzas Armadas”.

Más precedentes

El Presidente Sánchez, que llegó a Moncloa tras una moción de censura cuyo objetivo era “recuperar la normalidad democrática”, no parece en absoluto preocupado por cumplir con el mandato que en materia de Transparencia y Buen Gobierno casos tan polémicos como el de su tesis, los Gastos del avión Falcon, viajes en helicóptero para sus desplazamientos o el polémico asunto que ESdiario acaba de publicar, acreditan un innegable interés general en la ciudadanía.

 

Pedro Sánchez, en 2016, prometiendo transparencia total para los viajes y las agendas

 

A este respecto, conviene recordar que tras dos preguntas formuladas en el Congreso por el Diputado del Partido Popular, Carlos Floriano, y la Diputada Beatriz Maite Escudero, sobre el coste de traslados en helicóptero de Pedro Sánchez, o la reapertura del helipuerto de Moncloa, la respuesta fue la misma: se trata de Secretos de Estado y por ello mismo la información no se entregó, no sin antes aportar una serie de explicaciones que en sí mismas, parecen contravenir el presunto carácter secreto de los mencionados desplazamientos, al señalar que, por ejemplo, “el trayecto que realizó el Presidente del Gobierno fue Moncloa-Torrejón”.

Otros viajes a una boda de su cuñado en Logroño, a Valladolid, sus vacaciones navideñas en Doñana o Canarias o, en compañía de su mujer, su desplazamiento a un concierto el pasado verano en Castellón, también aparecen rodeados por un halo de opacidad que impide saber los detalles de los mismos y sus costes.