| 19 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La ciudad no es para mi: En la luna

"El señor Alcalde acorrala a la oposición retirándole la exclusiva y el plus correspondiente y, lo que es peor, reduciendo su capacidad de participación plenaria".

| José Mª Félix Edición Valencia

Los valencianos propiciamos con nuestro voto un segundo mandato de Ribó. Y esto no ha hecho más que empezar. Esperan cuatro años de trayectoria monolítica y ordenada, como corresponde a un doctor en ingeniería agronómica en toda regla. Herbicidas y abonos -químicos o ecológicos- talas selectivas y algunas hibridaciones son prácticas habituales en jardinería con el objetivo de obtener mejores rendimientos florales.

No deja de resultar curioso que, simultáneamente, la reflamante vicepresidenta -a la vicealcaldesa me referiré más tarde- a través del inefable Mulet quién ejercerá la primera portavocía, apoye en el Senado “Izquierda Confederal” (todo un concentrado de pistas ideológicas que me recuerda al Bovril de mi infancia), junto a Errejón, Colau y otras marcas locales podemitas.

Ha habido sospechas de que pudiera resultar semilla de una nueva marca nacional, aunque se desvanece por el momento ante el bíblico y encapsulado sacrificio del gran timonel a favor de su señora en el “consejo de ministras” y la euforia socialista. Ya veremos cómo acaba este nuevo episodio del culebrón nacional.

Por su parte, alcaldes ribereños (Alzira, Villanueva de Castellón y Alfarp) lo que sospechan -ellos sabrán porqué- es que hay un grave déficit democrático en Compromís, llevando así el nombre partidario hasta sus últimas consecuencias prácticas. Compromiso versus democracia. Nada que no sepamos ni hayamos desconocido de la habitual trayectoria de los regímenes en los que la izquierda se perpetúa en el poder. Dictadura del proletariado, se llamaba cuando los eufemismos resultaban innecesarios.

Sea como fuere, el señor Alcalde no necesita careta protectora para fumigar en su cortijo municipal, y con la complacida complicidad de la sonriente Sandra Gómez -dale a tu cuerpo demagogia salarial- acorrala a la oposición retirándole la exclusiva y el plus correspondiente y, lo que es peor, reduciendo su capacidad de participación plenaria. (Aunque tal vez él y los suyos vean incrementados sus emolumentos en breve)

¿Responsabilidad y racionalidad? ¿O generosidad? Me aconseja un buen amigo escuchar al sociólogo Ignacio Varela en Onda Cero citando a Weber y opinar al respecto de la situación española … Bien traído, incluso evocando a Rajoy y su ingenuo (o utópico) ofrecimiento de un gobierno de coalición a la alemana al señor “no es no”.

El comunismo de libro reaparece reencarnado en los “espías” lingüísticos de la plataforma bien nutrida por Marzá y lo veremos hasta en la playa si finalmente de ellas se ocupa el napolitano Grezzi

Y en estos días de aniversario de la conquista lunar, coincidentes por cierto con un eclipse, los astronautas confiesan que lo más difícil fue adaptarse a vivir nuevamente en la tierra. Algo parecido les pasa a nuestras políticos tras “estar en la luna” una legislatura. Peor si son varias.

Caretas fuera, el comunismo de libro reaparece reencarnado en los “espías” lingüísticos de la plataforma bien nutrida por Marzá y lo veremos hasta en la playa si finalmente de ellas se ocupa el napolitano Grezzi. (No sé muy bien qué hacen mientras tanto en el PP cenando a espaldas de Isabel Bonig en una de ellas. Aunque también se puede estar en la luna sin mandar)

Algunos de mis amigos venezolanos confían en la mediación noruega. Yo también, pero sin Maduro. Que ése no está en la luna precisamente.