Cómo se puede prevenir y qué hacer si no se ha podido evitar el acoso sexual virtual a menores
De todos es sabido que la tecnología ha avanzado a un ritmo vertiginoso. Hemos pasado del cero al infinito en cuestión de segundos. Los de nuestra generación no tuvimos móvil hasta bien mayorcitos, ni ordenadores, ni tabletas, ni nada de nada, hemos ido enganchándonos poco a poco o deprisa, según se mire, para ir en consonancia con los tiempos que corren, para no quedarnos atrás.
Nuestros hijos ya van por el canal de parto con una tableta y un móvil de última generación bajo el brazo. Desde muy temprana edad ya tienen una formación y percepción extrasensorial con los nuevos avances tecnológicos, y eso está muy bien, estamos ya en el Siglo XXI y hay que avanzar con los tiempos.
Pero… y para todo hay un pero, el delito está presente y también se moderniza con los tiempos y hace acto de presencia en las redes sociales, para conseguir sus fines, que son muchos y variados. Y una de sus presas más fáciles y vulnerables son los niños y los adolescentes, y es cuando se produce el ciberacoso. Lo peor es que en muchas ocasiones los padres no somos conscientes que esto está ocurriendo. Muchos adolescentes, a veces incluso niños, esconden secretos y juegan a ser mayores, a tener autonomía para decidir, e incluso piensan que pueden tomar sus propias determinaciones sin ayuda, sin consultas, y sin ninguna protección.
En este artículo abordaremos el denominado grooming, que consiste en el acoso sexual virtual que se realiza a un menor de edad en las redes sociales, a través de acciones malintencionadas desarrolladas por un adulto, y obviamente el engaño. Es lo que comúnmente se ha llamado siempre pederastia. En este caso es pederastia virtual. ¡Ojo! No es un problema cualquiera. Se trata de algo muy serio que debemos tener en cuenta y permanecer siempre alerta.
Estos adultos utilizan identidades falsas y acordes con el perfil del menor porque saben qué “reclamos publicitar”, que cosas llaman la atención de un joven, de esta manera se ganan su confianza y obtienen los beneficios deseados más pronto de lo que podríamos imaginarnos.
Debemos estar alerta ante este fenómeno porque el lobo está disfrazado de cordero, los menores inconscientemente desarrollan una serie de síntomas que quizás nos puedan ayudar a detectar cualquier problema como por ejemplo, tristeza, ansiedad, anorexia y bulimia, vigorexia, cambios bruscos en su vestuario o forma de presentarse, etc. Sería muy interesante hablarles de ciertas pautas muy sencillas para evitar males mayores.
¿Cómo lo podemos prevenir?
Si aún así no lo hemos podido evitar, ¿qué debemos hacer?
*Grupo EmeDdona.