| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Me declaro solemnemente "¡AntiNada!"

Muchos presumen de tolerantes careciendo de la más mínima humildad. Muchos presumen de dialogantes cuando nunca han querido escuchar.

| Toni Subiela Edición Valencia

He de reconocer que de pequeñito yo también era “AntiAlgo”, concretamente “antimadridista”. Ya saben, tonterías futboleras que se alimentaban en los patios de los colegios y que con la madurez que te dan los años pues tienden a desaparecer. Hoy, con 44 años, soy valencianista y pseudomotero (tengo una scooter a la que me cuesta llamar moto), no más.

Ser “AntiAlgo” significa estar radicalmente en contra de otro “Algo”, dando por hecho que es tan malo que habría que eliminarlo, sin matices ni términos medios. Estar en un extremo contra el otro extremo, sin posibilidad de cuestionar tus propias ideas o encontrar razón entre las del otro. Y eso que la física nos enseña, que sin que podamos evitarlo, los polos opuestos se atraen.

En la Alemania nazi los comercios judíos eran señalados con una estrella de David sobre fondo amarillo, en la Cataluña actual se señalan con lazos amarillos los comercios de aquellos que no comulgan con el independentismo. Y estos de los lacitos amarillos se manifestaron por las calles de Valencia el otro día tras la pancarta de Antifascistas. Que incongruencia, ¿No creen?, los Antifascistas haciendo lo mismo que hacían los Fascistas. Chávez o Franco, Castro o Mussolini. No sé si  definirlo como lamentable…o como estúpido.

Igual que en el fútbol los grupos ultras, que se odian entre ellos porque sí, porque llevan otra camiseta y eso los debe de convertir en el diablo o algo así. Y hacen quedadas para pegarse como energúmenos porque así lo dicta su razón. Aquellos son los malos porque defienden otros colores, porque levantan la mano y no el puño o porque comen pipas y no quicos. Sea por lo que sea, repito, tan lamentable como estúpido, pero tristemente presente en nuestra sociedad actual.

Ser “AntiAlgo” es ser intransigente, totalitario y, bajo mi punto de vista, bobo. Por eso yo quiero declararme “¡AntiNada!”

Ser “AntiAlgo” es ser intransigente, totalitario y, bajo mi punto de vista, bobo. Por eso yo quiero declararme ¡“AntiNada”!, porque quiero que haya libertad y respeto entre todos nosotros, por muy distintos que seamos, sensatez en vez de violencia y cordialidad frente a la crispación. No se llega a eso desde los extremos, ni desde los “Antialgo”, se llega desde el conocimiento, la seriedad y la madurez. Yo no quiero ser un bobo toda mi vida.

Mi abuela decía: “dime de que presumes y te diré de que careces”. Muchos presumen de tolerantes careciendo de la más mínima humildad. Muchos presumen de dialogantes cuando nunca han querido escuchar. Algunos presumen de líderes cuando no conocen la responsabilidad.