| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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No nos representan

El nuevo escudo, la mudanza al Wanda Metropolitano, la Final de Copa... El "dúo dinámico" del palco del Vicente Calderón no representa a una grada que ve cómo se prostituyen sus símbolos.

| Andrés Moraleda Opinión

El 26 de marzo de 2017 puede que no pase a la historia del Atlético de Madrid. Puede que simplemente sea otro apasionante Atlético-Barcelona, o, si el Madrid pincha en Villarreal, puede que el Atleti vuelva a soñar con ganar la Liga. Pero puede, e incido en el "puede", que el Vicente Calderón recupere una lucha que parecía olvidada. La lucha contra una directiva que no representa a la parroquia colchonera. 

Parecían tiempos felices a orillas del Manzanares, pero el "dúo dinámico", compuesto por Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo, decidió alterar la paz reinante en la grada. De golpe, los rojiblancos nos encontramos con un nuevo estadio y un escudo más acorde con los intereses orientales del accionariado. De repente, la grada recuperó la protesta, #ElEscudoNoSeToca se convirtió en tendencia en las redes sociales y en el fondo sur del Calderón.

La final emparejó al Barça y al Alavés, y lejos de sensibilidad alguna por el aficionado rojiblanco, la RFEF decidió que se disputara en el Calderón

No contentos con este giro radical en la historia atlética, el punto final a un capítulo glorioso, el del Estadio Vicente Calderón, también vendrá precedido por un borrón de campeonato. Era el broche perfecto a 50 años de emoción, una final de Copa ante tu gente, y en tu estadio. Llámalo Ley de Murphy o simplemente que el sorteo nos puso una piedra blaugrana en el camino, la final emparejó al Barcelona y al Alavés, y lejos de sensibilidad alguna por el aficionado rojiblanco, la RFEF decidió que se disputara en el templo rojiblanco. La despedida soñada se tornó en amarga y de nuevo, el hagstagh. #NoALaFinalEnElCalderón, rezaba la marea colchonera, un lema dirigido a aquellos que podrían haberlo impedido más que a una Federación que ni está, ni se le espera.

Nadie les eligió, lo suyo fue un golpe de estado. No lo digo yo, lo dice la sentencia que bautizó la llegada de los Gil al Club

¿Qué necesidad había de agitar al respetable con estas decisiones? ¿Por qué romper el pacto de no agresión firmado con una buena gestión deportiva en la "era Simeone"? La respuesta fácil es el dinero. Profundizando un poco más llego a una conclusión: No nos representan.

Nadie les eligió, lo suyo fue un golpe de estado. No lo digo yo, lo dice la sentencia que bautizó la llegada de los Gil al Club como "apropiación indebida". Con un populismo desmedido (para que ahora utilicemos esta palabra a la ligera) aplacaron a una afición que veía como el equipo iniciaba una deriva hacia los infiernos, con una parada gloriosa por el doblete. Volvimos a la élite después de dos años expiando nuestros pecados y no fue hasta ese momento, cuando atravesábamos un desierto de mediocridad, cuando nos alzamos. Tuvieron que pasar más de 10 años para pedir sus cabezas, para reclamar algo que era nuestro.

No hay nada como dar pan al pueblo para que este olvide toda lucha

Fueron tiempos de "...fuera del Calderón", de bufandas verde y amarillo por el Manzanares (protesta a lo Manchester, pero protesta al fin y al cabo). Luego llegó la Europa League y, sobre todo, la "era Simeone". No hay nada como dar pan al pueblo para que este olvide toda lucha. Y a pesar de los éxitos y la buena gestión deportiva estos últimos años, todo hay que decirlo, no hay que olvidar que ellos no nos representan.

No hay que ser ingenuo, el Club es suyo y su delito ya ha prescrito, como dueños de una empresa, porque eso es lo que es el Atleti a efectos legales, pueden hacer lo que quieran. Pero también hay que recordar una cosa, son lo que son porque nosotros lo permitimos. Somos nosotros los que consumimos sus productos y sustentamos esto. Como dice la ética empresarial, tu jefe son los clientes, y en este caso, eso no lo quieren ver.

Se les llena la boca hablando de la mejor afición del mundo pero no les tienen en cuenta a la hora de gestionar

El problema no es el cambio de nuestros símbolos. Podríamos tragar con que a la leyenda del Metropolitano se le esponsorice o con una actualización del escudo a los tiempos que corren. Pero lo que nos duele es que no nos consulten. Se les llena la boca hablando de la mejor afición del mundo pero no les tienen en cuenta a la hora de gestionar. 

El domingo se puede sentar un precedente. El Frente Atlético no animará ante el Barcelona en señal de protesta. Una medida equivocada para el que suscribe, pero acorde con el ninguneo de la directiva. El equipo se juega mucho como para no contar con su jugador número 12. Habrá que ver cómo reacciona el resto de la grada. Hay tres opciones: o animar sin su cantante principal, o señalar a los culpables, que en este caso no están en el fondo sur, si no en el Palco, como la mayoría de las veces.

Por todo esto, y por lo que vendrá #AtletiEscuchaAlAficionado, #ElEscudoNoSeToca, #NoALaFinalEnElCalderón, y gritemos muy alto, en las redes y en el campo, que ellos no nos representan.