Bomba en Podemos: la guerra madrileña, primer paso para deshacerse de Iglesias

“La guerra ha empezado y va a ser sin cuartel”, de esta apocalíptica manera define a ESdiario un miembro del aparato de Podemos la situación real del partido. La lucha por el control de la formación morada en Madrid está sirviendo como “laboratorio” para comprobar sí es posible asaltar el liderazgo de Pablo Iglesias al frente de la organización. “Hay vida en Podemos después de Iglesias”, explica la misma fuente, quien destaca que el líder tiene muy pocas opciones de mantener el control de la más poderosa agrupación podemita, la madrileña. Es el primer paso deshacerse del todavía todopoderoso líder. 

Efectivamente, la operación de acoso y derribo comienza en Madrid. Iñigo Errejón ha aprovechado la desaparición estival de Iglesias para orquestar un “golpe de Estado” errejonista y organizar el partido en la capital de España en torno a dos enemigas de Pablo Iglesias: su ex novia, Tania Sánchez y la ex novia de Errejón, Rita Maestre. Ambas son la prueba evidente de que el partido puede funcionar no ya sin Pablo Iglesias, sino contra él. Y este es el mensaje que se está transmitiendo a la organización, su secretario general y líder hasta ahora indiscutible tiene los pies de barro: comienza el asalto a su trono. 

La fuerte división madrileña ha dejado en evidencia el endeble liderazgo de Iglesias. Fuentes cercanas al sector errejonista han asegurado a ESdiario que el líder de los morados no ha encajado el golpe de la derrota electoral, su fallida alianza con Alberto Garzón e Izquierda Unida e incluso que atraviesa una mala situación personal, acentuada por los que considera “traición” de Tania Sánchez en su alianza con Maestre. Con todo, la deriva del partido morado en estos últimos meses se cuenta por errores “y el 90% de ellos son achacables únicamente a la personal y presidencialista forma de entender la política”, indican las fuentes consultadas.

Y en Podemos quieren cobrarse su cabeza. Haciendo cuentas, y pendientes de lo que ocurra en la trascendental plaza madrileña, Iglesias solo dispone del respaldo claro de su agrupación en la Comunidad Valenciana, pero gracias únicamente a la todavía lealtad de Antonio Montiel. El resto de círculos de Podemos son un hervidero y el partido está fragmentando y a punto de estallar en pedazos. Las declaraciones públicas de Iglesias, criticando la candidatura madrileña, no ayudan. Se barrunta guerra en las primarias de noviembre. 

La vista está ahora puesta en el más que posible escenario de unas terceras elecciones. Un amplio sector, encabezado por Errejón, no está dispuesto a que el cartel electoral sea de nuevo Pablo Iglesias. El argumento es sencillo: en Podemos -y en sus Círculos, militantes y votantes- se extiende la idea de que ante “fracaso” de una tercera cita consecutiva con las urnas los líderes en disputa (Mariano Rajoy, Albert Rivera, Pedro Sánchez) deben dar un paso atrás y retirarse; Iglesias no debe ser una excepción. 

Iñigo Errejón tiene en Madrid su banco de pruebas. Tras la presumible derrota de la candidatura de Iglesias y su consecuente desautorización interna y pública, el mensaje, que se lanzará a la organización es que Errejón es una persona “moderada” y con una clara disponibilidad a pactar con el PSOE. Ésta es, dicen los morados, la única alternativa real al PP. 

Entre tanto, la guerra fratricida se ha adueñado de Podemos. Ya no hay disimulo. Iglesias descalificando a Sánchez y Maestre. Errejón respondiendo. Juan Carlos Monedero reapareciendo para enturbiar más el asunto con una "tercera vía" (pactada con su amigo Pablo Iglesias) para Madrid. La guerra está servida y, como dice la fuente consultada, "un amplio sector de Podemos no va a parar hasta cortar la coleta de Pablo Iglesias".