| 04 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El primer encontronazo entre Díaz Ayuso y Aguado y la advertencia de Vox

La agenda de la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid es difícil. A las tensiones que ya han surgido y surgirán con sus socios de Cs se une la campaña que no cesa de la izquierda.

| Pedro Blasco Opinión

Isabel Díaz Ayuso (Madrid 1978) es la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid. Logró los votos del PP, Ciudadanos y Vox y derrotó, una vez más, a la izquierda en una región en la que ya nadie se acuerda del último gobierno socialista.

El lunes tomará posesión y formará un gobierno de coalición con Ciudadanos. Habrá que analizar a los hombres y mujeres que elige del PP para ver cómo respira en clave interna.

Ignacio Aguado será su vicepresidente y ahí empezará una nueva época en la región en la que habrá constantes tensiones. Un ejemplo antes de empezar a gobernar: El PP ha nombrado consejero delegado de Metro a Narciso Foxá (antiguo alcalde de Majadahonda), lo que ha irritado a Ciudadanos, que gestionará la Consejería de Transportes, que tiene en Metro su buque insignia.

Su agenda es difícil. Isabel Díaz Ayuso, como le han recordado en el debate de investidura, tendrá que convencer en los próximos meses de que las irregularidades de las que se acusa (crédito a su padre de Aval Madrid y Púnica) no son ciertas.

También deberá dedicar parte de su tiempo a cuidar a sus socios de Ciudadanos, que le van a dar guerra porque se juegan el futuro político y los electores no les van a perdonar si el Gobierno de Madrid es un fracaso.

Y además de estos dos primeros problemas deberá gobernar, que para eso le han votado los madrileños. Su programa es ambicioso, caro si lo cumple, y con una importante reducción de impuestos. Algo que es una ecuación difícil.

El debate de investidura fue reflejo de lo que va a ser la legislatura. La izquierda, comenzando por Podemos, le recriminó sus asuntos familiares y su aparición en Púnica. El resto de críticas de esta formación fueron las clásicas, que se resumen en que hay que echar al PP para hacer un gobierno de izquierdas que cambie, de una vez, la región.

Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea, advirtió a Isabel Díaz Ayuso de que su apoyo terminaba con su elección. Su intervención fue dialécticamente muy interesante, y anunció que durante la legislatura va a combatir "el consenso progre", idea que ella piensa que crea la izquierda y pone en marcha la derecha.

"No pueden contar con nosotros -dijo- para aplicar en su totalidad sus 155 medidas. A algunas de ellas tendrán que renunciar o bien pactarlas con el apoyo de la izquierda".

Iñigo Errejón (Más Madrid) fue en su parlamento de menos a más y también recordó los asuntos familiares y de Púnica de la candidata.

Atacó a Díaz Ayuso, con razón, cuando la líder popular dijo en su primer discurso que los hombres y las mujeres tienen los mismos problemas.

Hasta gente del PP creía que esa frase era una error de la candidata. La violencia contra las mujeres es cada vez mayor en España y las manadas machistas que violan a mujeres no se han parado ni con sentencias ejemplares.

Ignacio Aguado (Ciudadanos) atacó a la izquierda por no dar ninguna credibilidad a las 155 medidas del pacto de Gobierno y no desaprovechó la ocasión para hablar en clave nacional. Cumplió con su nuevo papel. No hubo críticas al PP porque ahora son aliados. Ya ha cambiado el chip.

Ángel Gabilondo (PSOE) pronunció quizá su mejor discurso desde que está en la Asamblea y se apreciaba que muchos de los diputados de Podemos y Ahora Madrid le hubieran aplaudido, y por supuesto votado, si hubieran tenido la mayoría.

"Hoy hemos sabido cómo piensa", recriminó el portavoz del PSOE a la candidata popular.

Antes, Díaz Ayuso había dicho que sabía que la iban a intentar "machacar" durante la legislatura. Apenas contestó las preguntas que le hicieron los opositores. Fue a piñón fijo. Palos a los procubanos de Podemos y al pro Chávez de Errejón, con un especial sobre su biografía ¿revolucionaria? Al PSOE le recriminó su falta de amor a España por pactar con los proetarras.

Recibió las felicitaciones de todos los que le han apoyado. El lunes, con la toma de posesión, terminarán los festejos. El martes habrá que gobernar y empezarán los problemas que habrá que resolver.