| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Jorge Bustos hace trizas a los votantes de Pedro Sánchez por "narcisistas"

Lo de las contradicciones y las "mentiras" del presidente del Gobierno empieza a pasar de castaño oscuro y ya roza el "realismo mágico" pero puede que en verdad el hipócrita no sea él...

| ESdiario Medios

La última decisión a golpe de decreto de Pedro Sánchez de sacar a Franco del Valle de los Caídos ha copado los análisis y las columnas de opinión de los diarios.

Jorge Bustos se ha sumado a ello desde su tribuna de El Mundo para ironizar con las similitudes del gobernar de Sánchez con el "realismo mágico" que "lo inventó Juan Rulfo, García Márquez lo popularizó e Iván Redondo lo metió en La Moncloa, desde donde cada día nos cuentan el cuento del hombre de tuits legendarios y manos milagrosas que comparte con el cacique Pedro Páramo el nombre de pila y la obsesión por los muertos, Franco sobre todo", ironiza.

Y es que "nuestro personaje no viene de Comala sino de Pozuelo, pero sus hazañas ya nutren el canon de la literatura fantástica" y todo en él son contradicciones, enumera: "Encarna el cambio pero gobierna con los presupuestos de PP y Cs; trae a voces el Aquarius pero improvisa calladamente centros de internamiento en Algeciras; apoyó el 155 pero corteja a Torra; invoca el consenso parlamentario pero fomenta un presidencialismo de nuevo rico; formuló en La Sexta el ataque a Prisa más crudo que se recuerda pero hoy recibe el solícito calor de ambos grupos; cargaba en la oposición contra la afición marianista al decretazo antes de redoblarla en el poder; cultiva el desenfado indumentario pero no se priva de ninguna residencia de rancio abolengo -de Doñana a Quintos de Mora-; y se presenta como la regeneración mientras propaga el clientelismo de sigla y ampara sus escapadas a conciertos en el secreto de Estado".

Bustos resume que "todo en el sanchismo es de plástico, salvo la ambición". A su juicio, "muchos bautizaron este consejo de ministros como un brillante escaparate, cuando se trata de un espejo favorecedor: un reflejo perfecto para la vanidad moral del votante contemporáneo".

Porque, se pregunta, "¿Quién no quiere luchar contra Franco, salvar a un náufrago, esquilar al empresario obeso para socorrer al niño pobre, ayudar a bien morir al próximo Ramón Sampedro?". 

A saber, "Sánchez ha entendido que para ganar elecciones hay que estimular la glándula del narcisismo, masajear el mejor concepto que el elector tiene de sí y ahorrarle a toda costa la retrógrada deferencia de tratarle como adulto. Si votas Sánchez votarás a tu mejor yo, tu yo feminista, solidario, ecológico, guapo. De las cosas de comer ya se encargan en Bruselas, donde prefieren la prosa naturalista".