| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El espejismo de Sánchez: así arruina el coronavirus todos sus planes en España

El presidente ha estado más pendiente de blindarse que de atender la emergencia. Y ya paga un alto precio: toda su hoja de ruta política está en cuarentena.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

 

 

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya saben de primera mano lo que son las servidumbres del poder. Ellos que se lanzaron a morder a Mariano Rajoy en el primer minuto de la crisis del Ébola, se han visto superados por el tsunami del coronavirus. Una crisis que ha alterado radicalmente los planes más inmediatos y hasta hace días prioritarios para La Moncloa: los Presupuestos Generales y la mesa de diálogo con Cataluña

El PSOE y Podemos se han quedado sin margen material para sacar adelante sus cuentas públicas. Esa era la verdadera prioridad del “gobierno progresista” en su idea de subir los impuestos y disparar el gasto público. PNV y ERC han asumido en estas últimas horas que ha perdido toda la vigencia tramitar siquiera el borrador de esos presupuestos con la nueva prioridad europea de combatir el coronavirus

Por ello, Sánchez se va a ver atrapado en un inesperado dilema: la necesidad de disponer de millonarios recursos para afrontar los gastos de la lucha contra la epidemia y la recesión que los analistas vaticinan y todo con unas cuentas prorrogadas desde hace tres años.

Así que al líder del PSOE no le queda más remedio que pedir árnica a Bruselas con un relajamiento del déficit. Algo, desde luego, incompatible con los planes de aumentar del gasto público que preveían hasta hoy los líderes de PSOE y Unidas Podemos. 

 

La segunda derivada de este escenario, que desborda la hoja de ruta de Sánchez, está en ERC. El propio Gabriel Rufián ha reconocido este martes que no tiene sentido alguno formalizar  las cuentas del Reino de España. Un balón de oxígeno para los de Oriol Junqueras, seguro, embarcados en una guerra fratricida con Carles Puigdemont a las puertas de una convocatoria electoral en Cataluña.

Tampoco parece, en este escenario, que la mesa de diálogo con los independentistas a cambio del “sí” a los primeros Presupuestos de María Jesús Montero vaya a tener mayor recorrido. Imponderables mandan.

Su imagen, siempre su imagen

A estas horas, “preocupación e incertidumbre” son los sentimientos que se palpan en el Gobierno y en el PSOE. Sánchez afronta una tarea en la que no está cómodo. Aquí no le bastan los golpes de efecto tan del gusto de la factoría de Iván Redondo.

La pelea contra el coronavirus exige medidas efectivas. Sea cual sea el desgaste. El presidente, en cambio, ha seguido blindándose. “Su imagen debe salir intacta”, repiten estrechos colaboradores. Cómo si eso fuese lo más importante ante el virus al que nos enfrentamos. 

 

 

Desbordado, Sánchez ha llegado tarde hasta en su propia casa. En el cuartel general de Ferraz, miembros de la Ejecutiva Federal aprovecharon este mismo lunes la ausencia del presidente para evidenciar, ante pesos pesados como los ministros José Luis Ábalos o María Jesús Montero, su inquietud por los efectos adversos de la epidemia.

Era cuestión de tiempo que así fuera con el país inmerso en la preocupación. Los casos de afectados son un martillo diario. El pánico está ya instalado en la calle, convertida, junto al asalto a supermercados para acumular víveres, en un enorme plató de televisión. 

Aviso de Calviño

Y Sánchez va a tener que enviar a la papelera de La Moncloa sus previsiones expansionistas en lo presupuestario para priorizar el combate al coronavirus y el roto que la epidemia dejará a buen seguro en nuestra economía.

Aunque los socios europeos arrimen el hombro con España e Italia, la vicepresidenta, Nadia Calviño, ha avisado a La Moncloa que si hay más manga ancha con el déficit habrá mayor vigilancia sobre en qué se gasta el dinero.