Planifica tu ahorro con un buen asesor financiero

El sector financiero vive una época de profunda transformación. Los nuevos hábitos digitales del consumidor están cambiando la manera en la que gestionamos nuestras finanzas personales, especialmente en lo que al ahorro se refiere. Al mismo tiempo que esta revolución se produce, una nueva figura ha ido cogiendo importancia y visibilidad en los últimos años. Hablamos del asesor financiero. Un profesional especializado con un objetivo claro: ayudarte a sacar el mayor partido posible a tus ingresos.

Para entender cuál es la función principal de un asesor financiero hay que darle la vuelta al concepto que tradicionalmente se tiene sobre los servicios que ofrece un banco. Este experto en finanzas no tiene la misión de vender productos porque sí, sino que trabaja en base a las necesidades de cada cliente.

Dicha figura, sin embargo, sí parte de una premisa común: cualquier persona que acude a una entidad para mejorar o planificar su economía tiene la necesidad de generar un ahorro. Las causas son múltiples, y pueden ir desde la presión para hacer frente a una hipoteca al objetivo de generar un colchón para pagar en el futuro los estudios de unos hijos.

Una segunda idea que ayuda a entender el papel del asesor. Su función en muchas ocasiones no pasa por la gestión de unos ahorros, sino que consiste precisamente en generarlos. Para ello es fundamental hacer una buena planificación en los gastos en tu banca personal. Y, de ahí, poco a poco, obtener un capital que se habrá de encarar con la estrategia de inversión adecuada.

¿Y cómo asesora?

La democratización de las finanzas tiene sus aspectos positivos –por ejemplo, poder gestionar desde casa tus ahorros-. Pero también algunos negativos –la popularización de productos complejos no pensados para el ahorrador medio. De ahí la importancia de contar con una voz experta.

El trabajo del asesor comienza realizando un profundo y detallado análisis de la situación financiera del cliente. A partir ese momento se genera una relación donde la confianza mutua es básica: hay que tener en cuenta que, en muchos casos, este coach financiero acaba acompañando durante toda una vida al cliente.

Así, las situaciones que habrán de afrontar juntos son de lo más diversas. Pero un elemento relativamente común cuando hablamos de estrategias de inversión es la aparición de las emociones. Un ejemplo conocido es cómo la subida repentina en bolsa de un valor nos puede llevar a apostar rápidamente por él (y al contrario).

En este terreno tan pantanoso es donde cobra mayor importancia el papel del asesor. Hay que tener en cuenta que estos profesionales conocen al dedillo los mercados y saben de buena tinta que las emociones no son la mejor pareja de baile cuando hablamos de dinero. Esto lo sabe bien Richard H. Thaler, el último Premio Nobel de Economía, quien obtuvo el galardón tras demostrar cómo los límites de la “racionalidad” son decisivos para comprender la evolución de los mercados financieros.

Planificación y objetivos: la combinación perfecta

Como es obvio, un asesor financiero no tiene una bola de cristal con la que predecir el futuro. Sin embargo sí puede hacer (y hace) una cosa aún más valiosa: definir, a partir del análisis previo de las necesidades y objetivos del cliente, una planificación lo más personalizada posible. Este punto resulta clave en un mundo tan diversificado en cuanto a productos como el financiero. Hay que saber qué escoger y dónde hacerlo según el perfil del ahorrador.

Por todos los motivos mencionados lo que sí resulta evidente es que esta es una profesión clave. Al menos para entidades como Banco Mediolanum. Desde los inicios del banco se ha apostado por el asesoramiento personalizado al cliente. Esta estrategia les ha llevado a contar con la segunda red de profesionales financieros más grande de España y a ser la primera con un único canal de relación y asesoramiento a través de estos profesionales.