| 06 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Mirando a la guerra del futuro

El pasado 30 de abril se publicó en el BOE la “Estrategia Nacional de Ciberseguridad”, que nos anticipa algunos retos sobre los conflictos futuros que ya se venían entrenando a nivel OTAN

| Juanjo Crespo * Edición Valencia

Cuando los caballeros teutones intentaron evangelizar Letonia en el siglo XIII se encontraron con un caudillo que - uniendo a diversas tribus- los detuvo una y otra vez. Tras muchos años de lucha llegó un día que Namejs -así se llamaba- sabedor de que se acercaba el final de su vida, decidió recogerse y esperar la muerte, encargando a su hijo la misión de volver a unir a su pueblo en caso de ser atacados.


Para que ninguno de sus súbditos vacilara en apoyarlo, le hizo entrega de su propio anillo, que serviría para reconocerle como su auténtico primogénito y depositario de esta misión.
La noticia de este retiro pronto llegó a los teutones y lanzaron sus mejores corceles y jinetes a la búsqueda de aquel que llevara el anillo para arrancárselo y bautizarlo a la fuerza.


Cuenta la historia que, con la intención de proteger a su joven líder, todos los varones se enfundaron un anillo igual al de Namejs para que no pudieran encontrarlo y someterlo.
De este modo nació una leyenda que cristalizó -en los años 30- en la tradición por la que los jóvenes, al hacerse hombres, recibían el “anillo de Namejs” como símbolo de su tránsito a la edad adulta.


En verano de 2018 la OTAN organizó un ejercicio militar en Letonia que llamó precisamente así, Namejs. Hubo fotografías, vídeos, dosier de prensa… pero tampoco se explicó mucho qué quería entrenarse en estas maniobras…, hasta hace dos semanas.


El 17 de abril el canal oficial de youtube de la OTAN publicó un vídeo sobre aquellas maniobras ¡casi un año después! con el título de “Cómo luchar contra las amenazas híbridas”.
En esta grabación de dos minutos sobre el ejercicio militar “Namejs” la mismísima número dos de la Alianza, Rose Gottemoeller, resume de manera gráfica el mundo actual: ya no podemos saber dónde está la frontera entre “conflicto” y “guerra”.


También habla el jefe de las fuerzas armadas letonas, que nos desvela el objetivo principal de entrenamiento en aquellas maniobras: que los soldados y a los líderes militares aprendan a pensar “de una manera creativa” para lograr el apoyo de la población civil.


Os invito a verlo. Y para quien no se defienda en inglés, tengo una buena noticia: hace pocos días el Boletín Oficial del Estado publicaba la “Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019”, un espejo donde tenemos que mirarnos para ver si estamos afrontando con garantías las guerras que tendremos que luchar.


Este documento oficial define las amenazas híbridas como acciones coordinadas y sincronizadas dirigidas a atacar de manera deliberada las vulnerabilidades de nuestras instituciones de diversas maneras: acciones militares, ciberataques, operaciones de manipulación de la información o elementos de presión económica.


¿Y quién las realiza? Pues actores estatales y no estatales -de forma directa o no- explotando las facilidades que ofrece Internet para la desinformación y la propaganda.
En esos conflictos -o en esas guerras, si es que hay diferencia- los ejércitos tendrán que conocer a la sociedad para –de manera creativa- lograr su apoyo. Al militar ya no le servirá solamente con aplicar el manual.


Las naciones y sus fuerzas armadas deberán madurar mucho, de una manera rápida… ¡y juntos! para hacer frente a las amenazas que se asoman.
El anillo que Namejs entregó a su hijo no era sólo una joya, era su legado. ¿Cuál es la mejor herencia que un padre puede dejar a su hijo? Pues yo creo que el discernimiento para saber diferenciar lo importante de lo superfluo y así poder entender los cambios importantes y saber afrontarlos.
El tránsito de niño a adulto ya ha comenzado. Podemos aceptar el reto y mirar con un nuevo prisma los combates que están por venir, o seguir escondiéndonos como párvulos sin querer entender que las amenazas han cambiado.


Ese anillo simboliza la madurez y el compromiso de luchar juntos. No tiene quilates, pero “pesa” mucho.
Y acabo ya con un aviso: los jinetes que han enviado para arrancárnoslo ya no van a caballo…, van en código binario por Internet.

*Experto en Seguridad y Geoestrategia.