| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Foto: Las Provincias
Foto: Las Provincias

La ciudad no es para mí: Se columpia Ribó

El Ayuntamiento de Valencia que dirige Joan Ribó tiene pendiente de gastar gran parte del presupuesto inversor y en peligro están 15 millones de ayudas europeas para el Cabanyal.

| JM Felix Edición Valencia

Vimos días atrás la foto -un vídeo en realidad- de un más que ufano alcalde columpiándose con el concejal Galiana (imputado por no recuerdo exactamente qué desde hace un par de años) con motivo de la reinauguración del parque Amelia Chiner y del semoviente rastro valenciano que se ubicaba -antes de la intervención de Román Jiménez- en la plaza de Nápoles y Sicilia. Tan ufano y sin gastar el setenta por ciento del presupuesto destinado a la ciudad y a punto de devolver 15 milloncejos a Bruselas por falta de inversión en el más que paralizado Cabanyal.

Se columpia el 'retor' de la Sagrada Familia de Barcelona que ha traducido villancicos al árabe para felicitar la Navidad mientras ignora el español. 

Una suerte de política austericida de izquierdas que lejos de provocar rechazo alguno pasa tan desapercibida como la sentencia de los ERE de la Junta de Andalucía de Chaves, Griñán y Díaz (del PSOE y de los ministros de Sánchez no). Como se columpia el 'retor' de la Sagrada Familia de Barcelona que ha traducido villancicos al árabe para felicitar la Navidad mientras ignora el español. Será ignorancia histórica, o un guiño de proximidad con el envalentonado Junqueras para hacer más placentera la espera de la visita de Iceta en su balneario de Lledoners.

En León, más que columpiarse, han optado por la montaña rusa –o por la ruleta del mismo nombre- y podemitas más socialistas (aviso para navegantes) reclaman formalmente independencia propia. ¡Qué nivel!

En el ayuntamiento de León, más que columpiarse, han optado por la montaña rusa –o por la ruleta del mismo nombre- y podemitas más socialistas (aviso para navegantes) reclaman formalmente independencia propia (olvidada Asturias, con Salamanca y Zamora, aunque me temo que sin preguntar). ¡Qué nivel! El malaje que ha subido a facebook un vídeo con un menor enmascarado con pañuelo independentista amenazando con quemar feixistes y gritando -con más furor que la propia Greta Thunberg- “bon Nadal i puta Espanya”, prefiere emociones mayores. Eso sí, enmarcadas en el ámbito beatífico de la libertad de expresión y muy lejos de esos delitos de odio de los que exhibir la bandera nacional puede ser indicio.

Mi admirado Gabriel Albiac sostuvo el día de Navidad que España duerme y le importa un pito su propia extinción. Siempre fue listo y preclaro. Él, que no se columpia, viene a decir que, dormidos o despiertos, los españoles nos hemos abandonado a deslizarnos plácidamente, por un tobogán infinito, bien engrasado y de final tan seguro como impredecible. Ahí debe anidar el morbo. Entre tanto aparato de feria, entre tanto carrusel napolitano, el tiovivo es la imagen de la política española. Los políticos, sus actores –simples figurantes en muchos casos- responden al guión y encarnan sus papeles con el beneplácito de los espectadores que desean amortizar el importe pagado. Ya lo fue la arena romana. Y ya cayó el imperio.

Sólo nos cabe la resistencia. Sólo nos queda, más bien. Estas Fiestas Navideñas, que es lo que son (aquí se celebran en invierno; ya les gustaría en Punta del Este), estoy alimentando la idea de una resistencia intensa. Casi clandestina, catacumbaria. Familia, amigos, colegas … gente de bien. Una ilusión resistente y militante. Lejos del balanceo atontante del columpio o del vértigo pseudosuicida del tobogán. No nos queda otra. Feliz 2020.