Tezanos reconoce sin tapujos ni sonrojo que sus nuevos métodos estadísticos “no pretenden acertar”. Vivan los errores y la libre interpretación demoscópica, pues.
“Deje que me sonroje por usted”, solía replicar Manuel Azaña en sus lúcidas intervenciones parlamentarias cuando la soflama de algún parlamentario movía a la vergüenza ajena. Y algo así siente este Lector Perplejo al leer las explicaciones que ofrece en el diario El País el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, sobre la nueva metodología de la casa. O sea, sobre lo que se suele llamar “la cocina”.
Ttenemos así que el, hasta la pasada primavera, sociólogo de cabecera del PSOE admite sin tapujos ni sombra de bochorno que “el nuevo método no pretende acertar, no somos adivinos”. Y luego viene la mandanga habitual: “lo importante son las tendencias. Las encuestas son fotos fijas, no son un artículo de fe ni de ciencia exacta, todas se mueven con un margen teórico de error”.
Que el propósito de un científico, aunque su materia de estudio sea tan voluble como los deseos y afinidades de la sociedad, es el rigor y la exactitud, lo sabe todo el mundo. Hasta el tuitero más guasón.
— Hola, soy José Félix Tezanos, y si aquí estamos 12 personas y 10 van a votar al PSOE, el PSOE gana de calle las próximas elecciones.
— Conde de Gondomar (@marquesdemoya) 15 de octubre de 2018
— Pero, oiga, igual no votan 10 al PSOE...
— ¿¡CÓMO LO SABE!? ¡CUENTE PERSONAS, COÑO! ¡TODO LO DEMÁS ES MAGIA!
De modo que resulta de lo más llamativa una renuncia tan fácil al afán por la severidad en el dato y la recopilación más fiel posible de las sensibilidades y transformaciones en las querencias de la sociedad por parte de Tezanos. Claro que a partir de ahora ya no nos sorprenderá nada que provenga del CIS, un instituto público, recordemos.
Y ya nos cuadra sin reservas el último sondeo según el cual el PSOE le sacaba ya diez puntos al PP y, a la vez, once a Ciudadanos; lo que sumado a un leve repunte de Podemos arrojaba una conclusión de lo más increíble: desde el mes de mayo, el centro-derecha había pasado de ganar conjuntamente por cinco puntos a perder por casi siete; en el mayor vuelco sociológico experimentado nunca en ninguna democracia occidental a lo largo de la historia.
A ver cómo supera este menú el chef Tezanos.