Rocío Carrasco y sus Navidades más duras: sola y abandonada

Se temía lo peor desde hace bastante tiempo. Una situación nada halagüeña que se ha precipitado desde las últimas declaraciones vertidas por su ex marido, Antonio David Flores.

Habrá un antes y un después de este jueves de diciembre. Una fecha que, en otras circunstancias, podría ser de lo más feliz. Se trata del cumpleaños del segundo hijo que tuvo junto a Antonio David, David Flores Carrasco. Una celebración en la que el joven cumple la mayoría de edad y puede tomar una decisión muy hiriente para su madre.

Ya se había avisado sobre ello. Rocío tendría que afrontar sus Navidades más amargas si se cumple lo que, parece, habría solicitado su hijo David. Por boca de su padre sabemos que el pequeño de los Flores Carrasco quería marcharse a vivir con su padre y la pareja de éste, Olga, a Málaga.

Las diferencias, o la falta de conexión, que parece que tiene con Fidel Albiac y lo mucho que echa de menos a su hermana Rocío, motivarían a David para tomar la decisión de abandonar a su madre, su colegio de Madrid y marcharse a Málaga junto a Antonio David Flores.

Paso a paso

Al parecer, según explicaba Antonio David, ahora que David cumple la mayoría de edad se tomará una decisión que se ha dilatado en el tiempo por las circunstancias que rodean a David. La marcha del joven de Madrid se habría pospuesto para evitar que David perdiese clases en el colegio especial al que acude en Madrid.

Pero, para disgusto de la enemiga de Raquel Mosquera, podría no haber marcha atrás y Rocío Carrasco tendría que afrontar las fiestas más familiares del año cada vez más alejada de los suyos.

No ha habido ni un sólo gesto, ni visos de acercamiento a sus tíos Amador o Gloria o a sus hermanos Gloria Camila y José Fernando. Y, menos aún, a su hija Ro; algo que ha quedado más que claro después de las declaraciones de Rocío Flores Carrasco en su Instagram.

Los próximos días serán duros para Carrasco Mohedano. O les deja hacer o afronta la guerra por mantener a David junto a ella. Algo en lo que, cuando el joven cumpla su mayoría de edad, tendrá poco que decir.