| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

La resistencia de Sánchez; la metáfora de un PSOE empequeñecido

Cuanto más sonríe Sánchez, más pequeño es el PSOE: pocos militantes, derrotas electorales sucesivas, el sorpaso de Podemos a la vuelta de la esquina y una crisis que supera a las Primarias.

| Rafa Rodríguez Opinión

La presentación de avales de los tres candidatos confirma que Susana Díaz no tendrá tan sencillo el paseo militar que sus seguidores presagiaban para las Primarias. Pedro Sánchez se ha quedado a poco más de 5.000 avales y ha agitado las aguas de un partido que un día fue un gran lago y hoy simula ser un riachuelo. Éstas son las claves de todo ello.

¿Por qué Sánchez aguanta el tirón?

El PSOE ha dejado de ser un gran partido. Apenas tiene en toda España los mismos militantes que el PP en Andalucía: unos 200.000 con derecho a participar frente a los 165.000 populares en una única autonomía donde, además, no gobiernan.

El PSOE ha dejado de ser un gran partido: pocos militantes y menos instruidos que nunca

Las cifras son propias de un partido pequeño, con poca penetración social y una militancia poco formada: eso lo sabe bien Sánchez y sobre esa premia ha levantado su propuesta. Cuando votan todos los españoles, el exsecretario general logra los peores resultados de su partido. Cuando lo hacen los militantes, avejentados y más sectarios que nunca, tiene opciones.

¿Qué le ha pasado al PSOE?

La gran baza de Sánchez es, a la vez, el gran problema de su partido. Una militancia escasa y muy politizada en el peor sentido de la palabra es más fácil de manipular con el mensaje emocional del exsecretario general: su ‘No es No’ a Rajoy apela a los sentimientos y no necesita explicaciones que, en otros foros, son imprescindibles: porque el ‘No es No’ era un truco si no se aclaraba, a continuación, que eso significaba unas terceras elecciones o un pacto terrible con Podemos y los partidos independentistas a la vez. Sobre esto último, el propio Sánchez lo reconoció cuando ya había dimitido: sí, estaba dispuesto a entenderse con ERC y con Junts pel Sí, tal y como reveló públicamente en una entrevista con Jordi Évole. Pero antes de eso, jamás dijo cuál era su plan aparte de negarse a la abstención.

 

 

¿Pero va a ganar Susana Díaz?

La suma de Sánchez y Patxi López, colaboradores estrechos hasta antes del proceso de Primarias, hubiera vencido a Susana Díaz incluso en la cantidad de avales. Todo el mundo daba por hecho que López se acabaría uniendo, de un modo u otro y en algún momento del proceso, a la lideresa andaluza. Con el empate técnico a avales, eso vuelve a no estar claro.

El resultado de Sánchez y la moción de Iglesias no son hechos aislados, sino parte de un relato sincronizado

El susanismo no tolera bien a algunos de los hombres de máxima confianza de Patxi, como el diputado Rafael Simancas. Y aunque no parezca probable, ahora mismo tampoco es descartable que al final los antiguos amigos vuelvan a serlo y se unan frente a Díaz.

En todo caso, el PSOE saldrá aún más malherido gane quien gane, pero una victoria de Susana Díaz le haría pasar esa travesía del desierto sin desestabilizar el conjunto de la política nacional. Algo que sí ocurriría con Pedro Sánchez: el desafío de Podemos a la Gestora del PSOE con la moción de censura y el resultado de Sánchez en la recogida de avales no parecen hechos aislados, sino parte de una estrategia que llevaría al PSOE y a Podemos a jugar esa partida juntos, con seguridad, si la actual presidenta andaluza no gana las Primarias.