| 20 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

El bochornoso espectáculo del separatismo, secuestrado por Puigdemont

| EDITORIAL Editorial

 

 

El independentismo ha ofrecido otros espectáculo -el enésimo- a cuenta de la delegación de voto de los diputados de PdeCat o ERC apresados o fugados que, en realidad, permite visualizar la fractura tremenda en su seno y la existencia de una batalla por el poder que, a su vez, explica en buena medida la absurda escalada separatista.

Nadie quiere parecer menos soberanista que nadie, o más autonomista que el otro; y todos dan por hecho que su alianza -agravada por la presencia de la antisistema CUP- es una pose y un preámbulo inevitable antes de las siguientes elecciones.

El procés es una lucha cainita entre los independentistas para que su rival parezca más autonomista

Paralizar el Parlamento por la actitud de Puigdemont desde Bruselas, que ya tiene colapsada la Generalitat a través de su subordinado Quimm Torra, y escenificar en público un sainete bochornoso entre los dos supuestos partidos hermanados en la independencia; derriba todas las caretas y expone a la opinión pública la naturaleza real del procés: una lucha por el poder que antepone ese objetivo a la lógica, el respeto a la ley y el más elemental sentido común.

La pugna entre el PdeCat, echado al monte, y la más razonable ERC -dentro de la gravedad; está detrás del mantenimiento de un pulso perdedor al Estado que aún estaría más acabado de no tener en La Moncloa a un Gobierno dependiente de ambas formaciones nacionalistas.

Con agresiones al Rey

Pero es de desear que los catalanes, incluyendo a los independentistas, aprovechen el deplorable enfrentamiento vivido para percatarse de la artificiosidad de todo el procés y del engaño que constituye: todos saben que la independencia es imposible, pero intentan que el desgaste que comporta asumir esa certeza lo asuma su supuesto compañero político de fatigas para quedarse con el monopolio del movimiento.

Puigdemont y Junqueras libran una lucha por el poder que antepone ese objetivo a la lógica y al respeto a la ley

Que en un mismo día el presidente de la Generalitat agreda de palabra al Rey, se bloquee el Parlament y se desarrolle una batalla bajo el sol entre Puigdemont y Junqueras, con Quim Torra y Roger Torrent de marionetas de ambos; despeja cualquier duda que nadie en Cataluña pudiera tener sobre la catadura de sus líderes.

Mientras PdeCat y ERC van diciendo que representan a todo un pueblo unido y oprimido; ni supieron presentarse juntos a las Elecciones ni son capaces de gobernar en equipo con una mínima cordura. Prefieren despellejarse y ver quién de los dos sobrevive, aunque el hundimiento real al final sea el de la propia Cataluña.