| 04 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmen Calvo este miércoles en el Congreso dirigiéndose a la portavoz del PP.
Carmen Calvo este miércoles en el Congreso dirigiéndose a la portavoz del PP.

Calvo cruza las líneas rojas con la portavoz del PP: "La ha tomado con Dolors"

La vicepresidenta ha traspasado la línea roja de lo personal y semana tras semana intenta ridiculizar a Montserrat. Fuera del hemiciclo no se dirigen la palabra. Nadie recuerda nada igual.

| Ana Isabel Martín España

La agresividad con la que Carmen Calvo se enfrenta cada semana a Dolors Montserrat en las sesiones de control al Gobierno en el Congreso tiene perpleja a la bancada del PP

La vicepresidenta del Gobierno ha traspasado la barrera de lo personal, y miércoles tras miércoles intenta ridiculizar a la portavoz de los populares a raíz de la famosa y desafortunada pregunta sobre las prostitutas que Montserrat le hizo hace un mes. 

Este miércoles, sin ir más lejos, la número dos del Ejecutivo le espetó: "Yo vengo aquí cada miércoles a cumplir con mis obligaciones con el máximo respeto institucional y político hacia su persona. Pero es que usted hace unas preguntas... Francamente no lo sé pero intuyo que entre las 9.15 y las 9.30 muchos están al límite, cuando la escuchan a usted". Los diputados socialistas rieron: 

 

 

Los más veteranos de la Cámara no recuerdan nada igual, ni siquiera cuando en el Congreso se enfrentaban dos púgiles tan combativas como lo eran María Teresa Fernández de la Vega -entonces vicepresidenta del Gobierno- y Soraya Sáenz de Santamaría -entonces portavoz del PP en la Cámara Baja-. 

"Ellas (que ahora se sientan juntas en el Consejo de Estado) se tenían un respeto mutuo. Nunca cruzaron la línea roja. Pero Calvo parece que la ha tomado en lo personal con Dolors y que solo quiere humillarla", sostiene un veterano diputado. 

Entre ambas, Calvo y Montserrat, no hay relación alguna, según su entorno. No más allá del hemiciclo, de las sesiones de control a cara de perro de los miércoles. Fuera ni se dirigen la palabra. Y es raro, teniendo como tienen tantas cosas de qué hablar la vicepresidenta de un Ejecutivo asentado en 84 escaños y la portavoz del principal partido de la oposición, uno con 134 diputados.

La vicepresidenta tiene fama de tener un carácter complicado. De hecho salió del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero porque, siendo ministra de Cultura, se peleó con todo el sector. Especialmente a raíz de su polémica Ley del Cine. Y lo que fue peor: se peleó con la entonces todopoderosa Fernández de la Vega

 

Por contra, Montserrat tiene fama de ser una mujer dialogante y tolerante. Pocos enemigos se le conocen. Este miércoles ni siquiera quiso entrarle al trapo a Calvo y siguió con su guión: "Ustedes están en el Gobierno pero no son un Gobierno", le dijo.  

"Señora Montserrat. Otro miércoles más viene usted a un tótum revolútum que no tiene nada que ver, ni reglamentariamente ni políticamente, con el control al Gobierno", llegó a recriminarle la mano derecha de Pedro Sánchez.

Eso es precisamente lo que le molesta a la vicepresidenta: que la portavoz del PP le plantee una pregunta tan abierta que después aborda varios temas y pilla a Calvo con el pie cambiado.

Como cuando esta vez le preguntó por qué el doctor Valentín Fuster, uno de los cardiólogos más prestigiosos del mundo, ha dimitido al frente del Consejo Asesor de Sanidad porque el nuevo Gobierno ni le cogía el teléfono. Y la vicepresidenta gesticuló y se hizo la indignada, pero no contestó.