Increíble: profanan las tumbas de Antonio y Lola Flores en La Almudena

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha condenado este martes la la profanación de las tumbas de Lola y Antonio Flores del cementerio de la Almudena, actos "vandálicos" que ve como "una falta de respeto e intolerancia" y ante los que ha exigido "un rechazo unánime" por parte de la sociedad.

Así lo ha dicho antes de participar en los actos por la Virgen de la Paloma, donde se le ha preguntado por estos hechos ocurridos en la madrugada del pasado lunes.

"Es algo verdaderamente rechazable y que demuestra una falta de respeto e intolerante, aparte de ser un delito. Creo que hay una ola general de vandalismo descontrolado y que hay que controlar porque significa que no se puede dar un paso atrás en el respeto y esto me parece algo verdaderamente negativo", ha destacado.

"En Madrid, tenemos muchas superficies de cementerios y es competencia del Ayuntamiento. Por fortuna, es un hecho aislado y hay que condenarlo y manifestar nuestra repulsa. Si hay que incrementar o no medidas hay que preguntarlo a la alcaldesa. No me gusta una sociedad vigilada, creo más e el respeto y el civismo. Lo importante es que hay un rechazo unánime de toda la sociedad", ha remarcado.

Los hechos

Doce estatuas y tumbas del cementerio de La Almudena de Madrid han sufrido un acto de vandalismo que ya está siendo investigado por la Policía Municipal. Los desperfectos fueron descubiertos el lunes y aún se desconoce cuándo podrían haberse producido.

Entre las estatuas profanadas están las situadas junto a las de las tumbas de la cantante y actriz Lola Flores y de su hijo Antonio, también músico, y algunas del mausoleo de la familia Calvo Sotelo. El resto de las tumbas dañadas no pertenecen a personajes públicos.

Todos estos elementos funerarios se sitúan en una misma zona del cementerio y fueron pintados con manchas de aerosol rojo.

En el caso de la imagen de Lola Flores, la pintura cubre su pecho y su rostro; en la de Antonio Flores, las manchas afectan a los ojos y a las manos, que portan una guitarra. No hay ningún mensaje inscrito en ellas, pero en algunos mármoles están tachados los nombres de los difuntos, como en el caso de la lápida de la Familia Cabezas, en la de Fernando Tiagonce (padre e hijo), en la de César y Conchita, o en la de la Familia Campal Rubio, en la que además está pintarrajeada una imagen de Cristo en la cruz.