| 08 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Sánchez se pone gafas y se deja barba para parecerse a Rajoy

El presidente cree que así nadie discutirá su puesto de hombre de Estado y está dispuesto a todo para lograrlo: baraja empadronarse en Pontevedra y acaba de suscribirse a Marca.

| El Pato Cojo Opinión

 

 

Pedro Sánchez se ha dejado barba y, aunque no las necesita, utilizará gafas en adelante. La idea de sus estrategas es muy clara: parecerse cada vez más a Mariano Rajoy para que nadie le vuelva a decir que no se merece el puesto de presidente.

Se trata de una brillante estrategia de sus asesores que comenzó con la aceptación de los Presupuestos Generales del Estado impulsados por el PP y, hace quince días, tildados de "antisociales" y neoliberales por los socialistas, que ahora los hacen suyos.

No termina ahí la cosa. Según ha podido saber El Pato Cojo, Sánchez baraja incorporar a la totalidad de los ministros de Rajoy a su Gabinete, con la única incorporación de Josep Borrell en Exteriores. A partir de ahí, ningún cambio: Montoro seguirá en Hacienda, Zoido en Interior, Cospedal en Defensa y Escolano en Economía si consigue recordar su apellido.

 

 

 

"Dijimos que no éramos un peligro y lo estamos demostrando desde el primer momento. Estabilidad, tranquilidad y moderación", dijo un portavoz de Sánchez antes de referirse a Iglesias como "perroflauta" y cantar "Puigdemont, enano, habla en castellano".

Muy de Estado

La homologación del líder socialista como hombre de Estado le ha llevado igualmente a suscribirse al diario deportivo 'Marca', del que se considera un gran lector. "No me pierdo ni una crónica de curling, ese deporte tan igualitario que hace fregar el suelo por igual a hombres y mujeres".

Aunque no se descarta que Sánchez Castejón se empadrone en Pontevedra y aprenda a decir "carallo" para mostrar felicidad, disgusto o indiferencia, de momento esa medida queda pospuesta para una segunda fase con la idea de hacerla coincidir con sus progresos en las clases de dicción con frenillo.