Los muertos del atentado más cruel de la historia de Irak no paran de aumentar

El número de muertos por el masivo atentado perpetrado en la heladería del barrio bagdadí de Karrala (Irak) asciende ya a 131, según el último balance de fuentes policiales recogido por la cadena panárabe Al Yazira. El atentado, uno de los más sangrientos de la historia de Irak, ha dejado en torno a 200 heridos de diversa consideración, muchos en estado crítico, según las mismas fuentes. Estado Islámico ha reivindicado el ataque, ejecutado por un terrorista suicida al volante de un camión bomba.Por su parte, 

El Gobierno de España ha comunicado este domingo su condena "en los términos más enérgicos" del "execrable" atentado ocurrido esta madrugada en el mencionado centro comercial de Karrala (Bagdad).

"España expresa su máxima cercanía y solidaridad con las víctimas y sus familiares, y confía en un pronto restablecimiento de los heridos", indica la nota remitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores. "El Gobierno español quiere manifestar todo su apoyo al pueblo y a las autoridades iraquíes, esperando que los perpetradores de este acto criminal respondan por sus delitos ante las autoridades judiciales cuanto antes", según el comunicado.

España, remacha el texto, "reitera su repudio hacia toda forma de violencia terrorista, venga de quien venga y en cualquier lugar en que se produzca".

También el Papa Francisco ha expresado su cercanía a los familiares de las víctimas y a los heridos de los atentados que este fin de semana han dejado cerca de un centenar de muertos en las capitales de Irak y Bangladesh. "Recemos juntos por ellos y por los difuntos. Pidamos al Señor que convierta el corazón de los violentos cegados por el odio", ha manifestado Francisco tras el rezo del Ángelus, antes de dirigir el rezo de un avemaría con los fieles que han acudido a verle a la Plaza de San Pedro.

Antes del Ángelus, el Papa ha ofrecido una predicación en la que ha aplaudido el papel de los misioneros cristianos, cuya misión es, según ha explicado, "llevar a todos el amor y la ternura de Dios padre celestial" y anunciar la "cercanía del Reino de los Cielos" con un mensaje "de esperanza, de consuelo, de paz y de caridad". El Pontífice ha subrayado de que se trata de una tarea "difícil" que se realiza -parafraseando el Evangelio de este domingo- "como ovejas entre lobos", pero aún así se ha mostrado convencido de que "misión del cristiano en el mundo es estupenda".

"La hostilidad está siempre al inicio de las persecuciones de los cristianos. Jesús sabe que la misión la obstaculiza la obra del maligno, por eso los discípulos del Evangelio se esforzarán por permanecer libres de condicionamientos humanos de todo tipo, no llevando bolsa, ni túnica ni sandalias, tal como les recomienda Jesús, para aferrarse a la confianza en la potencia de la cruz de Cristo", ha explicado.