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Jóvenes de Compromís en la manifestación del 18N
Jóvenes de Compromís en la manifestación del 18N

Rajoy propondrá a Compromís un acuerdo presupuestario

| Redacción Valencia Edición Valencia

Con la financiación autonómica pendiente de la crisis catalana (que nos va a costar 9.200 millones extra en apoyo financiero del Estado tras el 21-D según la agencia Moody's) y el Cupo vasco renovado  por PP, PSOE y PNV, la negociación de los presupuestos de 2018 cobra protagonismo. Y el PP quiere que Compromís se moje.

Isabel Bonig propuso para desactivar la manifestación del 18N un documento para que los partidos con representación en Les Corts, sindicatos y patronal negociaran con el Gobierno la parte de la tarta presupuestaria que correspondería a la Comunidad Valenciana. Los demás grupos políticos lo tomaron como una petición de apoyo sin condiciones a Mariano Rajoy y rechazaron la iniciativa.

Pero ahora, según un destacado dirigente del PP valenciano, va a ser el PP nacional el que emplace directamente a Compromís para que ejerza de minoría valenciana en Madrid y haga como vascos y canarios: conseguir contrapartidas a su eventual apoyo a los presupuestos para 2018.

En las cuentas de 2017 el PNV votó con PP, Cs, UPN, Foro Asturias y CC (más la abstención de Nueva Canarias) a cambio de la renovación del Cupo que se ha concretado esta semana. Pero, con la cuestión catalana abierta, los vascos son reacios a volver a prestar sus votos en tanto el 155 siga vigente, por lo que si queremos presupuestos antes de la vuelta a la normalidad en Cataluña, o simplemente no depender del PNV, hay que contar con Compromís.

Un papel, el de bisagra, que tradicionalmente han jugado los nacionalistas vascos y la minoría catalana con importantes réditos para sus comunidades autónomas. Pero que hasta ahora Compromís se ha negado a ejercer.

La primera oportunidad la tuvo con la investidura de Mariano Rajoy, una ocasión inmejorable para hacer valer sus escaños en Madrid para algo más que “llorar por la leche derramada”, que diría Cristóbal Montoro. En aquella ocasión, y hasta el cambio de actitud de Pedro Quevedo, el diputado de Nueva Canarias, la abstención de los valencianos era necesaria para que Rajoy volviera a gobernar. La segunda vez en la que los votos de Compromís pudieron valer oro fue durante la discusión de los presupuestos actualmente vigentes, que los valencianos se negaron a negociar con Montoro y compañía.

Los de Mónica Oltra tienen muy difícil vender a sus actuales electores cualquier tipo de pacto con el PP, por beneficioso que pudiera resultar para la Comunidad. Y eso es lo que quieren los populares que quede claro a los ojos de los votantes prestados con los que cuenta Compromís a cuenta de su estricta obediencia valenciana. Con el añadido de que los votos de Compromís volverán a no ser necesarios para sacar adelante los presupuestos cuando se estabilice Cataluña y el PNV vuelva a prestar sus votos. Es decir, para Compromís va a ser ahora o nunca.

Por cierto: preguntado el portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, por la buena relación que hasta ahora existía entre su principal pata, el Bloc Nacionalista Valencià, y el PNV, y que parece quebrarse tras la negativa de los valencianos a apoyar el nuevo Cupo, el concejal responde recordando que también los vascos votaron a favor de los presupuestos de 2017, tan malos para la Comunidad, “así que ahora … ¡se siente!”.