Los fantasmas que persiguen a Sánchez reaparecen con la peor crudeza posible

Los fantasmas que persiguen a Pedro Sánchez desde su llegada al puente de mando del PSOE, ya en su "primera vida", han vuelto a aparecerse con toda su crudeza.

Tal como reflexiona Antonio Martín Beaumont este viernes en La Razón, "roto el hilo de las baronías con La Moncloa, el  presidente ha pillado desprevenidos a todos, incluida gran parte de su propio Gobierno, con su última cesión a los independentistas: la aceptación de un mediador en una mesa de diálogo".

En concreto, los sentimientos "que se palpan en las federaciones socialistas a lo largo y ancho del país ante la llamativa desconexión de Sánchez con la realidad son terror y pavor".

Da igual que su entorno repita hasta la saciedad que Cataluña lleva años condicionando la vida política y que sólo han heredado una crisis abierta en canal porque su lucha por ese “relato” se ha estrellado contra el malestar de gran parte del PSOE.

Según Beaumont, "Sánchez vive enclaustrado en el poder, con una guardia pretoriana de confianza que cierra filas a su alrededor".

Cómo será, que desde Ferraz "se han limitado a remitir a la estructura del partido un argumentario con las inverosímiles explicaciones de Carmen Calvo, y ha sido el secretario de coordinación territorial, Santos Cerdán, segundo de a bordo de José Luis Ábalos en Organización, el encargado de quemar su teléfono móvil con llamadas a gerifaltes autonómicos para exigir lealtad ante lo que se ve venir en las urnas del 26 de mayo". A saber, "un castigo a Sánchez, convencido de su mito de la resistencia, en el trasero de los compañeros de partido". 

Cuenta el director de ESdiario que "internamente empiezan a comparar el actual escenario, desastroso y humillante, con el vivido con Zapatero en 2011 cuando, a la sombra de la crisis económica, el socialismo fue borrado del mapa".

En esta situación "quizá las miradas se giren de nuevo hacia Susana Díaz, hoy dada por muerta y cuyo entorno le acaricia los oídos para mantenerse agazapada y a la espera...".

Las encuestas, todas, están lejos de cuadrar y "si las siglas del PSOE son arrasadas por los votantes pueblo a pueblo, capital a capital, región tras región, si se evapora su fortaleza de décadas, puede abrirse el suelo bajo los pies del propio Sánchez, en un intento de impulsar otra política encabezada, por supuesto, por otro líder. O lideresa".