La Policía alerta: riesgo de "kale borroka" en Cataluña

El desvelo en las Fuerzas de Seguridad es enorme. Siguen con atención los acontecimientos en Cataluña. El pulso de Junts pel Sí y las CUP contra la unidad de España sólo puede acabar estrellándose contra el muro de la legalidad y el Estado de Derecho y, casi sin solución de continuidad, desencadenar un sentimiento independentista más furibundo aún que nunca. Así lo reflejan informes elaborados tanto por los servicios policiales como por los de inteligencia. 

La efervescencia secesionista, siempre según esos informes de los que ha tenido conocimiento ESdiario, ha puesto de nuevo en marcha una dinámica de batasunización que preocupa mucho en el Ministerio del Interior. Y es que en las últimas semanas han sido detectados amplios movimientos encabezados, entre otros, por las canteras juveniles de ERC, además de las CUP, destinados a convertir las calles en un enorme escaparate en contra del mismo orden constitucional. 

Las Fuerzas de Seguridad avisan pues de la radicalización independentista y de un incremento de los contactos de las fuerzas ultrasecesionistas con ámbitos batasunos. Precisamente, esas conexiones se hacen más visibles entre la Candidatura d´Unitat Popular con sus homólogos vascos, esto es, las ramificaciones de Bildu y Amaiur. El paralelismo entre unos y otros resulta evidente, según los expertos que siguen de cerca las estrechas vinculaciones. 

Porque, advierten negro sobre blanco, es cada vez más claro e intenso que el fracaso del desafío rupturista modificará el eje de la línea de acción del conglomerado soberanista de izquierdas alimentando una deriva hacia la "kale borroka". Es decir, la apuesta inequívoca por enfrentarse a las normas democráticas mediante la amenaza y el afán de amedrentar a los ciudadanos. Veremos hasta donde son capaces de llegar, pero las Fuerzas de Seguridad los frenarán. 

Nadie puede llamarse a engaño ni confundirse sobre lo que Artur Mas acaba ofreciendo a la sociedad, más ruptura y tensión. Una Cataluña batasunizada es una amenaza añadida para la convivencia, la estabilidad y el bienestar. Frenar esa amenaza es un deber colectivo. Por suerte, el Gobierno y los partidos no nacionalistas están demostrando altura de miras y poniendo todo de su parte para que los secesionistas fracasen.