Así cambió Supervivientes la vida de Rosa Benito

La vida de Rosa Benito cambió radicalmente el día en el que se convirtió en flamante ganadora de Supervivientes. Su paso por Honduras le hizo ver que la vida que desarrollaba en Madrid no cumplía con sus expectativas. Quería conocer mundo, salir de su zona de confort y descubrir, por qué no, nuevas aventuras que le proporcionarán grandes dosis de adrenalina. Plantó a su marido, Amador Mohedano, en pleno directo y dejó ver que ya no iba a ser la señora muda que comparecía en los platós temblorosa y bobalicona.

Rosa adelgazó. Pero también se quitó el peso más grande de su vida al anunciar públicamente que se separaba. Entró en una espiral dolorosa de acusaciones contra Amador que, en efecto, sumieron en una grave depresión al hermano de Rocío Jurado. En una entrevista concedida a Saúl Ortiz para Sálvame, Amador llegó a reconocer que "sin Rosa estoy absolutamente convencido de que mi vida no tiene sentido. Quiero volver con ella. La necesito". Sus gritos de auxilio no sirvieron demasiado. A pesar de que ambos pasaron la Navidad de aquel triste año juntos, el encuentro sirvió para atormentarles todavía más.

La salida de Rosa Benito de Supervivientes como ganadora le reportó grandes beneficios

Rosa se convirtió en carne de portada. Escribió un libro de cocina y realizó entrevistas a troche y moche. Descoronó a Belén Esteban para actualizar el personaje frágil, casero y de vida triste. Y lo consiguió. Pero la tragedia estaba a punto de ensañarse con ella. La presión acabó llevándola hasta la clínica psiquiátrica San Juan de Dios (Madrid) donde fue tratada por una crisis de indemnidad. Rosa renació. Volvió a su plató, rodeada de expectación y triunfó. Hasta que una demanda interpuesta por su hija y el marido de esta truncó su meteórica carrera televisiva.

Tras abandonar forzosamente Telecinco, Rosa se dedicó a cantar por los pueblos de España junto a su hija

Rosa fue invitada a salir de Telecinco al tiempo en que se producían los primeros ataques. Golpes propinados por sus compañeros que dejaron sin aliento a la de Torrejón. Se perdió en la inmensidad. Aceptó la propuesta de su hija Chayo para recorrer los pueblos de España cantando e interpretando. Tuvieron éxito y aplausos, aunque sus antiguos compañeros vaticinaban un futuro muy negro. No fue así. La ganadora de Supervivientes volvió a Telecinco. Lo hizo por la puerta grande. Con una entrevista millonaria y un contrato para ser la concursante estrella de la última edición de Gran Hermano Vip de donde, eso sí, salió escaldada.