| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Los presupuestos de PP y C´s: los mejores posibles frente a PSOE y Podemos

Los PGE cierran la demagogia con las pensiones y elevan a PP y C´s sobre las miserias de PSOE y Podemos. Son un avance, pero olvidan de nuevo a la pyme, el comercio y la empresa familiar.

| Esdiario Editorial

 

 

El Gobierno ha aprobado los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018 en Consejo de Ministros, horas después de que Ciudadanos anunciara su sensato apoyo a los mismos, insuficiente para aprobarlos si el PNV no se suma al acuerdo, tal y como hiciera con los precedentes: la incertidumbre al respecto es elevada, pues de mantener el veto sustentado en la necesaria aplicación del artículo 155 en Cataluña, las cuentas no serán viables y deberán prorrrogarse las de 2017.

La posición nacionalista es absurda, desde un punto de vista estrictamente técnico, aunque se explique políticamente desde su tradicional cinismo: de un lado sella pactos para garantizarse el llamado cupo vasco, un infumable privilegio que le permite a Euskadi disponer del dinero que en otras Comunidades de similar renta financiaría la solidaridad interterritorial, pero de otro los boicotea para simular su inexistente comprensión hacia sus hermanos catalanes.

Depender de un partido así, acostumbrado a soplar y a sorber a la vez y a que a eso lo llamen habilidad parlamentaria, es una triste consecuencia de la actitud del PSOE y, más en concreto, de Pedro Sánchez: en lugar de aprovechar su carácter decisivo para trabar mayorías y negociar desde esa posición unas cuentas públicas de su agrado -entre tantos otros acuerdos potenciales-, se enroca en una oposición inútil e improductiva que le coloca fuera de juego, a costa eso sí de dañar objetivamente al país que dice querer gobernar.

El PSOE de Sánchez renuncia una vez más a ser útil y antepone el veto sin argumentos al pacto a favor de todos

Las explicaciones ofrecidas por Adriana Lastra, la liviana número tres del PSOE, son un compendio de sectarismo y de ignorancia, pues además de impropias de un dirigente político serio por la ignorancia que demuestran; son falsas: son los PGE más expansivos en el gasto de los últimos años; presentarlos de nuevo como un ejemplo de recortes y austeridad es un ejercicio de filibusterismo que difícilmente engañará a nadie ya.

Y que cabe enmarcar en el mismo ámbito de Podemos, cuya oposición nace también de la propaganda barata y de la manipulación emocional: es casi sonrojante, por ejemplo, que la portavoz del partido exija la subida de pensiones con arreglo al IPC y alegue esa razón como base de su veto cuando, en realidad, buena parte de los subsidios de los jubilados van a subir finalmente por encima de los precios. O no lo sabe, o no le importa.

Legislatura de pactos

Sólo Ciudadanos ha entendido que el caudal político que acumula un partido ha de ser invertido en mejorar las propuestas de todo tipo que un Gobierno negocia, y que eso es más útil para los intereses colectivos e incluso los internos que abonarse al bloqueo y al manido "no es no".

Si Albert Rivera acierta con esa posición, sin duda, Mariano Rajoy lo hace de nuevo al alcanzar pactos en las peores condiciones, derribando ese tópico falso sobre la incapacidad del PP para llegar a a consensos: por obligación o devoción, no ha habido quizá una legislatura más pactista que la presente.

 

Escolano, Méndez de Vigo y Montoro en la presentación de los PGE

 

Y yendo al fondo del asunto, los PGE tienen algunas virtudes que sus impulsores pueden apuntarse en el haber: la revalorización de las pensiones más modestas -unos siete millones- entre el 2% y el 3% es un acto de justicia que además frena la demagogia que, con este capítulo tan sensible, ha impulsado un discurso populista ajeno a la verdad: las pensiones españolas son ya tan dignas como las alemanas o las francesas, y con este refuerzo la parte más débil del sistema verá mejorado su estatus. Otra cosa es el futuro, necesitado de una reforma que nadie se atreve a detallar pese a la imperiosa necesidad de hacerlo.

Las rebajas fiscales par las rentas inferiores a 18.000 euros también son una buena noticia, aunque conviene matizarla: la carga impositiva del español es un compendio de impuestos directos e indirectos, con origen nacional, autonómico y local; que ha de ser analizada en su conjunto para enjuiciar su verdadera dimensión. Y en España, aunque se baje el IRPF, no dejará de representar cerca del 50% de los ingresos totales entre renta, IVA, cotizaciones, IBI y toda la maraña de cargos que un voraz Estado incapaz de reformarse impone al contribuyente.

Rescatar Comunidades y Ayuntamientos mientras se machaca a empresas familiares, comercio y pyme es incompatible con un futuro mejor

Por último, éstos son los Presupuestos de "los funcionarios", tal y como dijo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sin ningún empacho. Y no lo tuvo porque, aun siendo insólito presumir de una medida tan discutible como elevar hasta un 9% en tres años los salarios de los trabajadores con más estabilidad de España, menos afectados por la crisis que el resto por razonables que sean las quejas a su congelación salarial; es obvio que se agrada a un gremio poderoso y unido con gran impacto en términos electorales.

Pero es política, más que gestión, y lo mínimo que puede pedirse es que no se presente como un logro colectivo y beneficioso para el conjunto de España. Como no lo será tampoco elevar el techo de gasto para los Ayuntamientos o aplazar treinta años el pago de la deuda a las Comunidades Autónomas: todo esto son medidas válidas para evitar problemas al Ejecutivo con los lobbys políticos y sindicales con más capacidad de presión; pero no responden al esquema necesario en un país con elevados deuda y déficit y con un sistema productivo débil y muy lastrado por el insoportable peso de la Administración. Que con estos PGE y otras medidas ya sugeridas, lejos de menguar, seguirá creciendo. Sin que nadie se atreva a decirlo, ni siquiera ya C`s.

Quedan olvidados, sin que lo digan siquiera sus representantes, la pyme, el pequeño comercio y la empresa familiar; los tres pilares reales del empleo y los ingresos fiscales en España. De ellos depende casi todo, pero tras una década de crisis nadie se acuerda de que atender sus necesidades es la mejor manera de atender las de todos.

El rescate pendiente

Lejos de eso, en este sector no fluye el crédito, se adelantan y suben los impuestos, se prohíben los aplazamientos y se incluyen los estragos de la crisis en listas de morosidad estigmatizadoras en lugar de ofrecer, para que sigan existiendo, el mismo sistema de pago de atrasos que el Estado sí se concede a sí mismo y a sus despilfarradoras autonomías. Algo incomprensible y muy dañino para el futuro. Alguien deberá plantearse en algún momento el rescate necesario de un sector decisivo que está simplemente exhausto.

Estamos, pues, ante los mejores PGE posibles si se comparan con los que este PSOE y el Podemos de siempre hubieran presentado. Pero no, desde luego, ante los ideales de un país que debe mirar al futuro con otros ojos y poner la reforma del gasto público como gran prioridad. Porque de ella depende todo lo demás.