La valoración del riesgo en casos de violencia de género

La valoración del riesgo en la violencia de género puede ser: no apreciado, bajo, medio alto o extremo, según indica la Instrucción 7/2016 de la Secretaria de Estado de Seguridad que establece un protocolo de valoración policial del nivel de riesgo de violencia de genero… ¿Cuál es la finalidad de esta instrucción? Obviamente, la gestión de la seguridad de las víctimas de violencia de género.

Es muy complicado… Las decisiones y el comportamiento humano en los maltratadores es en la mayoría de las ocasiones “imprevisible”. Es decir, puede haber una valoración del riesgo “extremo” adoptándose todas las medidas de seguridad policiales que se puedan establecer y la persona en peligro estará más segura. Pero... ¿y en el resto de casos?... En los “riesgos no apreciados” a veces nos sorprendemos todos, y el agresor, de forma súbita, actúa… pega una brutal paliza o asesina a la que es o fue su pareja sentimental y tantas otras formas de violencia u homicidio, incluso de familiares para asegurarse una venganza.

Casos en los que no tienes nada de información es más usual de lo que se puedan imaginar, bien porque la propia víctima no puede o no quiere decir que es lo que le ocurre. Sabemos que el miedo y las posibles represarías obligan a algunas víctimas a callarse… En ocasiones, muchas cuestiones del pasado en el tema violento (amenazas, intimidación...) son desconocidas para los policías y son importantes para saber a qué nos enfrentamos. Esconder hechos ocurridos nos hace disponer de poca e importante información.

Otro factor determinante es si policialmente se recogen todos los datos relativos a esta temática y si hay un seguimiento por grupos especializados (ya saben, los sistemas informáticos adecuados como VIOGEN). Sabemos que cuando se organizan los equipos de trabajo y se forman continuadamente, hay más efectividad en los trabajos policiales, inclusive en el trato con la víctima y la información que se debe de dar a la misma (cuestiones que en ocasiones no se cuidan o que pueden no parecer importantes).

En una ocasión, nos cuenta un compañero cómo tuvo que aguantar un trato injusto y desconsiderado tanto para el policía como para la víctima. Al parecer, el funcionario que se encargaba de la denuncia hizo esperar a los mismos el tiempo que le dio la real gana... Seguramente para ver la "resistencia a la fatiga” que tenían los policías locales y la propia víctima…que con la cara amoratada… lo único que quería era salir de allí. Siempre dependerá del nivel de compromiso y de la responsabilidad.

¿Qué podemos hacer para anticiparnos a esas acciones violentas?

En ocasiones no hay una planificación por parte del agresor, y en otras, pueden buscar los maltratadores una coartada (como se diría en cualquier relato de novela negra), porque en esa ocasión han preparado un plan para salir indemnes (casos en los que el propio asesino sale llorando en el propio funeral de la víctima y después sale a la luz la verdad). Todo dependerá del perfil concreto del agresor que está relacionado con lo que sepamos de ese sujeto en cuestión.

La posibilidad de arrebato y la obcecación son unos factores determinantes para poder sospechar un posible nivel de impulsividad en un agresor ¿Se precipita ante cualquier percepción si está obsesionado con la pareja sentimental?, ¿Actúa por impulso en cualquier estímulo emocional?...pero para eso debe de mejorar la información policial (bases de datos policiales) y que llegue a todas las policías, incluidas las locales… Un mayor trabajo en equipo que en muchas ocasiones no existe.

Garantizar la seguridad con demagogia en estos temas no debería de hacerse. La frase fácil, sin ahondar en los verdaderos problemas, no nos resuelve estos temas, pues existen grandes factores en los que estamos estancados y no se avanza.

* Oficial de Policía Local y Grupo EmeDdona