| 01 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Tertsch machaca a los antitaurinos cristianófobos tras la muerte de Iván Fandiño

El periodista arremete duramente contra los defensores de "la laicidad ternurista, las sopitas de animalismo y las pastillas de antifascismo que es el fascismo que hace sentirse bien".

| ESdiario Medios

El periodista Hermann Tertsch retoma este miércoles en su columna de ABC la trágica muerte del torero Iván Fandiño este fin de semana para asegurar que "en este mundo de apariencias armoniosas, alegrías artificiales socialmente obligadas y ocultación del dolor y de la muerte real, en el que solo se ve morir en el plasma, la muerte de un torero en la plaza es como la caída de un rayo cargado de verdad".

Y es que en su opinión "con pocos sucesos toma conciencia el público de la inmediatez de la muerte como con la tragedia de Pozoblanco con Paquirri, después con Víctor Barrio o ahora con Iván Fandiño. No hay verdad más rotunda que la muerte".

Es por eso, según Tertsch, que "odian la tauromaquia los más aguerridos jenízaros de esta sociedad moderna del socialdemocratismo redentor y sus variantes radicales toleradas. La odian tanto como al cristianismo. No solo porque la identifican con España y son tan hispanófobos como cristianófobos o antitaurinos. Todo lo que tenga verdad es un peligro para sus propias construcciones del dominio blando con el pensamiento débil. Las dosis extremas de sentimientos fáciles son anestesia perfecta para evitar la percepción de verdades duras y toda demanda intelectual de las mismas".

Para el periodista "las sociedades occidentales avanzan dramáticamente por la senda de la idiotización gregaria con una cada vez más virulenta hostilidad al discrepante. Que por serlo es malvado". 

En esta línea pone como ejemplo que "en España la deriva separatista amenaza la propia existencia de la nación. Pero durante años denunciarlo equivalía a proclamarse ultraderechista". En conclusión: "Se descarta todo discurso que altere los ánimos y rompa la conformidad. Todo lo genuino es peligroso. Como que no todas las culturas son iguales. Prohibido decir verdades".

Por el contrario, "consúmanse potitos obligatorios de ecologismo, de emoción solidaria y laicidad ternurista, sopitas de animalismo y pastillas de antifascismo que es el fascismo que hace sentirse bien. Y, sobre todo, nada de épica, del abismo de la muerte, nada de toros, nada de Dios y nada de gloria, densos purés de igualitarismo, el mayor enemigo del hombre libre, la mejor arma del totalitarismo".