| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Sánchez, ¿el último tirano?

No se puede establecer comparación con nadie de infausto recuerdo, pero sí con algunas de las técnicas que elevaron a algunos dirigentes políticos. ¿Es el caso de Sánchez? ¿O de Iglesias?

| Samuel Vazquez / CdV Opinión

 

 

Para construir un tirano Joseph Goebbels ideó un método con 11 principios. Busquen quien los aplica hoy a rajatabla y encontrarán al último tirano.

1º- Principio del enemigo único:

Hitler lo focalizó en la palabra judío. A los judíos había que perseguirlos porque eran la causa de todos los males, y a quién disintiera del führer acusarle de pro-judío y perseguirle también. Hoy tenemos a los fachas para ese cometido.

2º- Principio del contagio:

Reunir a todos los enemigos en una única categoría. De tal manera que todo el que no apoye al líder es un facha, da igual cómo se haya conducido en la vida hasta ahora, si ahora critica al líder supremo es un facha.

3º- Principio de transposición:

Cargar sobre el adversario todos los errores. Tu ideología puede destrozar países enteros, pero siempre será culpa de los yanquis, del capitalismo o de Trump, también vale Franco, quien sea con tal de que eludan la responsabilidad los verdaderos responsables.

4º- Principio de exageración:

Cualquier anécdota pasa a ser una amenaza grave. Para eso tienen métodos como el neo lenguaje, los lobbies de poder, la corrección política o el pensamiento único.

De tal suerte que si por ejemplo se te ocurre criticar la ideología de género pasas de inmediato a ser una persona que justifica los asesinatos de mujeres.

 

5º- El principio de la vulgarización:

El más importante de todos los principios para extender ideologías que han destrozado países enteros y que siempre nos dejan la misma foto: colas de hambre, odio visceral entre compatriotas, muerte y desolación. 

El discurso debe adaptarse para que lo entienda hasta el más tonto de las personas a las que va dirigido. Simplificarlo todo en malos y buenos, en nosotros contra ellos. El esfuerzo intelectual debe ser mínimo o la masa irá perdiendo adeptos.

6º- Principio de orquestación:

Propaganda de pocas ideas repetidas incansablemente: la casta, el neoliberalismo, el capitalismo, el heteropatriarcado…

 

 

7º- Principio de renovación:

Cuando el adversario esté desmontando nuestra última calumnia, pasamos a la siguiente.

8º- Principio de verosimilitud:

Construir argumentos de informaciones fragmentadas. Si alguien de los tuyos va a una huelga y agrede a policías o a terceros, destroza mobiliario urbano y comete todo tipo de tropelías, cuando sea detenido se saca un tweet que diga: “huelga no es delito”, y todos los fanáticos del partido deben repetirlo hasta la saciedad por las redes.

9º- Principio de silenciación:

Ya no se puede hablar de Venezuela, ni de Grecia… pronto tocará otro país, cuando lo destrocen tampoco se podrá ya hablar de él. 

10º- Principio de transfusión:

La propaganda opera desde un sustrato preexistente, ya sea la guerra civil, Franco, la transición, etc.

11º- Principio de unanimidad:

Llegar a convencer a mucha gente de que se piensa como “todo el mundo”. Hablar en nombre de la gente, del pueblo…colectivizar en rebaños de uniformidad intelectual.

Con estos 11 principios se consigue muchas veces que sea la propia democracia la que alumbre a un tirano mediante elecciones libres. Tenemos ejemplos desde Hitler hasta Chávez.

Como decía la Reina Amidala: “Así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso”. Recemos para no ver en España al último tirano.