La superficie de cultivo de regadío crece por segundo año consecutivo

La superficie de cultivo de regadío en 2017 ha ascendido a 330.812 hectáreas en la Comunitat Valenciana y supera, por segundo año consecutivo, a la de secano (323.219 hectáreas), de modo que ya representa más del 50% del total de las tierras de cultivo, según el informe ‘El regadío en la Comunitat Valenciana’, elaborado por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural.

En estos momentos de sequía, la buena gestión de un recurso escaso como el hídrico se convierte en una obligación. El sector agrario de la Comunitat puede estar satisfecho en lo que compete al ahorro de agua y a la buena utilización de la misma. 

La agricultura en el territorio valenciano se caracteriza por su alta especialización en cultivos de regadío, particularmente frutas y hortalizas, tanto a nivel productivo como a nivel de exportación. El informe -basado en datos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivo (Esyrce), el Informe del Sector Agrario Valenciano (ISAV), y la Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario del INE-, analiza la evolución de la superficie de regadío, así como el volumen de agua de riego utilizado por las explotaciones agrarias.

El riego localizado representa el 70% del total de la superficie regada

La implantación del sistema de riego localizado ha alcanzado una superficie de 203.101 hectáreas regadas en 2017, lo que representa el 70% de la superficie total regada. El riego por gravedad, con 85.585 hectáreas, representa el 29,50% de la superficie total regada, mientras que los riegos por aspersión y automotriz son poco significativos.

En 2015 se utilizaron 1.218 millones de metros cúbicos de agua en las explotaciones agrarias de la Comunitat Valenciana, de los cuales el 52,05% correspondieron a riego localizado, y el 47,76%, a riego por gravedad. Asimismo, la mayor parte del agua disponible para el riego procede de aguas superficiales (un 62,10% en el año 2015).

El consumo medio por hectárea se sitúa sobre los 4.200 m³/ha

La comparación entre datos de porcentaje de superficie regada con riego localizado y porcentaje de consumo ya confirman el ahorro que se consigue con el uso del riego localizado. Así, el consumo estimado de agua para riego de la media de los últimos tres años de los que se dispone de datos (2013-2015) asciende a 4.218 m3/hectárea, un 13,28% inferior al estimado en el trienio 2006-2008 (4.864 m3 /hectárea), lo que constata que el aumento del riego localizado disminuye el consumo medio. El consumo de agua por riego localizado de la media de los años 2013 a 2015 ha sido casi la mitad del consumo de agua por riego por gravedad (-46,33%), lo que nos indica la magnitud del ahorro conseguido.

Por último, según el informe, la disminución de la superficie de secano en los últimos 30 años (-44,07%) es el principal causante de la reducción de tierras de cultivo (-29,93%), ya que el descenso en regadío ha sido menor (-6,92%). El porcentaje de la superficie de regadío con respecto al total de las tierras de cultivo ha pasado del 38,08% en 1985 al 50,58% en 2017.