| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Macri jura su cargo afectado por la pataleta infantil de Kirchner

La expresidenta argentina ha convertido la investidura de su sucesor en un esperpento digno de la mejor tragedia griega. Cargada de drama montó su propio espectáculo y acabó atrapando al Rey

| ESdiario Mundo

El populismo empieza a ceder terreno y a sus principales dirigentes les está costando lo suyo digerirlo. Mientras Nicolás Maduro muerde el polvo tras caer en las urnas y se resiste a liberar a los presos políticos, Cristina Kirchner tampoco está llevando con demasiada elegancia la derrota y el traspaso de poderes en Argentina se está convirtiendo en un vodevil difícil de asimilar. La pataleta de la expresidenta argentina la llevó a negarse a celebrar la emblemática ceremonia de entrega del bastón de mando y banda presidencial a Mauricio Macri en la Casa Rosada, tal como manda la tradición, y con este panorama el ganador de las últimas elecciones solicitó a la Justicia argentina una medida cautelar según la cual el mandato de Fernández y su equipo finalizó la medianoche del 9 al 10 de diciembre. Durante las doce horas hasta que Macri tomó posesión de su cargo este jueves, y para evitar la bicefalia, el senador Federico Pinedo asumió temporalmente la Presidencia de Argentina. Vamos, que en cosa de dos días, el país tuvo tres presidentes. Lo nunca visto.

Algo que le sirvió a Cristina Fernández de Kirchner para seguir supurando por la herida en el último baño de masas que se dio este miércoles noche en la Plaza de Mayo. De blanco nuclear en inmaculado, antes de perder definitivamente el bastón de mando después de 12 años de kichnerismo y cargada de drama aseguró que "Podemos mirar a los argentinos a los ojos" y bromeó con que "a las 12" de la noche del miércoles se convertía "en calabaza". "En mi vida pensé que iba a ver un presidente cautelar durante 12 horas", agregó, aludiendo al efímero mandato de Pinedo hasta que Macri asumió el cargo en un polémico acto al que no asistió Fernández de Kirchner, que además acusó al presidente electo de "gritarle" y "maltratarle" durante una llamada telefónica.

Y en medio de este esperpento, el Rey emérito español, se vio atrapado en el espectáculo de Kirchner, en la investidura más extraña de la historia reciente de Argentina. Don Juan Carlos se reunió este miércoles con Macri para entregarle una carta de su hijo Felipe VI en la que le transmite al nuevo mandatario argentino sus felicitaciones. Dados los manejos de la expresidenta, hasta el último momento el Monarca español no tenía muy claro cuál era el programa que tendría que seguir pero finalmente estuvo en la Asamblea Legislativa (y no en la Casa Rosada), donde fue Pinedo y no Fernández quien hizo entrega a Macri del bastón presidencial. Don Juan Carlos coincidió en la investidura con representantes de unas 40 delegaciones internacionales. Macri estará arropado por ocho presidentes sudamericanos: Dilma Rousseff (Brasil), Michelle Bachelet (Chile), Tabaré Vázquez (Uruguay), Juan Manuel Santos (Colombia), Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Ollanta Humala (Perú) y Horacio Cartes (Paraguay). 

El ya nuevo presidente de Argentina juró su cargo asegurando que trabajará "incansablemente" para que todos los argentinos, especialmente los más desfavorecidos, puedan vivir "mejor". Macri asumió su cargo con un juramento "por Dios" y "ante los santos evangelios" para "desempeñar con lealtad y honestidad el cargo de presidente de la nación argentina observar y hacer observar con fidelidad la Constitución. Si yo no lo hiciere, que Dios y la patria me lo demande". "Hoy se está cumpliento un sueño", aseveró, antes de descartar que "termina una época completa sin violencia". "Esto que parecía más difícil se hizo realidad", dijo. Asimismo llamó a que todos los argentinos sean "optimistas" ante el "futuro" y subrayó que el Gobierno trabajará "incasanblemente los próximos cuatro años" para que todos los argentinos, especialmente los más desfavorecidos, "estén viviendo mejor". "Voy a seguir siendo el mismo", afirmó ante un auditorio lleno de parlamentarios pero con la ausencia de los kirchneristas y de la mandataria saliente.