| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Sánchez y Díaz, este martes, en su último mitin conjunto en la campaña andaluza.
Sánchez y Díaz, este martes, en su último mitin conjunto en la campaña andaluza.

Moncloa, en vilo: las cuentas de Susana preocupan y amenazan el plan de Sánchez

Este domingo en Andalucía no sólo se juegan el futuro los andaluces, Sánchez puede por fin mover ficha: acabar con la agonía del gobierno o prolongar sine die la legislatura.

| Miguel Blasco España

A más de 10.000 kilómetros, los que separan Buenos Aires de Madrid, se puede decidir este próximo domingo el futuro político de España. Y como dice el viejo dicho que "la política hace extraños compañeros de cama", es muy posible que el horizonte inmediato de Pedro Sánchez se vaya a jugar en 48 horas en las manos de Susana Díaz, su mayor enemiga política dentro del PSOE.

"Hay que acelerar, llevar cuando antes vuestros proyectos estrella al Consejo de Ministros", es el mensaje que La Moncloa ha trasladado en estas dos últimas semanas a los ministros, cada día más desconcertados ante la ausencia de información sobre los planes del presidente del Gobierno. Es, paradójicamente, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien parece hablar a los suyos por boca del líder socialista. "Generales, en pocos meses", les ha advertido.

Pero los planes de Sánchez, -o como dicen en Ferraz la hoja de ruta de su gurú electoral, Iván Redondo- pasan por el escrutinio de las andaluzas que se conocerá al filo de las 10.30 de la noche de este domingo. Si las cuentas le salen a Susana Díaz, Sánchez planea una estrategia. Si la política andaluza se empatana varios meses como ocurrió en 2015, cuando la lideresa tuvo que esperar 90 días para ocupar su despacho oficial en el Palacio de San Telmo, ésta puede quedar aparcada.

Según confirman fuentes socialistas a ESdiario, ha sido únicamente en estos últimos días de campaña cuando Ferraz "ha puesto toda la carne en el asador" en Andalucía. Lo ha hecho, alarmado el PSOE nacional, tras constatar una desconocida desmovilización de sus bases. Cabe recordar que el sanchismo se hizo fuerte en las primarias internas y que solo la necesidad de cerrar la guerra ha hecho a Sánchez renunciar a dar la batalla en las listas de Díaz. Y tampoco se ha volcado -únicamente dos mítines conjuntos- en su campaña.

Pero las encuestas y los sondeos internos del PSOE-A han provocado creciente alarma ya que contemplan una victoria socialista pero con una notable rebaja de escaños, algunos de hasta 8-10. Y si las cuentas no le salen a Díaz los planes de Sánchez pueden a quedar en cuarentena.

 

Sánchez, este viernes en Buenos Aires, conversando con Donald Tusk, Theresa May y el primer ministro de Holanda.

 

En la Moncloa todas los escenarios preocupan si las urnas certifican esos últimos tracks (sondeos internos informales). Una suma de PP, Ciudadanos y Vox que desaloje a Díaz causa directamente pánico en La Moncloa. Y los cajones abiertos de la Junta y los "muertos en el armario" -expresión de un sanchista andaluz- obligarían a Sánchez a tomar ya una decisión: o a acelerar las generales o tratar de agotar como sea la legislatura.

Pero un PSOE débil prisionero de Adelante Andalucía hipotecaría también la campaña futura de Sánchez , que planea una llamada al voto útil de la izquierda presentando a Podemos como un socio radical, poco de fiar y escasamente pragmático. "¿Como basar una campaña para las generales disparando a Iglesias si Teresa Rodríguez salva a Susana de la debacle?", se preguntan las fuentes consultadas.

Y Sánchez va a estar también muy atento a los resultados de Vox. La estrategia política impulsada por Iván Redondo estas dos últimas semanas ha sido dar todo el protagonismo al partido de Santiago Abascal con el objetivo de erosionar, primero; y escorar a la derecha después, a Casado y Rivera.

Si Vox entra con 6 escaños en el Parlamento andaluz, como pronostican algunas encuestas, Sánchez puede tener la tentación de aparcar su idea de adelantar las generales para dar mucha más cancha al nuevo partido e intentar abrir una grieta en el centro derecha.

Todos estos planes, en la mesa de Sánchez y de Iván Redondo, dependen de los resultados que el domingo exhiba Susana Díaz. Los enemigos irreconciliables vuelven a entrelazar sus caminos.