| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La importancia de que Víctor Manuel abrace la bandera española sin vergüenza

El célebre cantautor, de gira con su nuevo disco, reivindica el orgullo de ser español, todo un aldabonazo en la conciencia ‘buenista’ de la progresía nacional.

| El Lector Perplejo Opinión

 

Toda una celebridad de la canción de autor en España como Víctor Manuel se sincera en el diario La Razón entrevistado a cuenta de su nuevo álbum Casi nada está en su sitio, sus primeras canciones en los últimos diez años, con el que iniciará gira en breve. Y entre otras declaraciones en torno a la situación política y social en España, reflejadas en una de sus nuevas canciones, titulada Digo España, el artista de Mieres reconoce “lo necesario que era recuperar la bandera española”.

Destacado militante de izquierdas e igual de destacado azote de la derecha en nuestro país, el autor de la estremecedora España, camisa blanca de mi esperanza, Víctor Manuel hace la siguiente reflexión en voz alta:

“Hay tirones en todos los sitios. Como españoles, tenemos esa cosa de avergonzarnos de la bandera, o al menos unas generaciones, porque ahora está normalizada y la gente joven la acepta y me doy cuenta de que eso es importante. Creo que es cosa del fútbol, pero bueno, yo nunca he dicho “este país”, sino “mi país”, por España. Me siento muy asturiano y quiero a mi tierra pero hay algo superior que nos une con todos los defectos y los reniegos que tienes que hacer a diario. Es mi país y trataré de cambiarlo en la medida que pueda”.

Progresía y patria

Para este Lector Perplejo, nunca será apreciada lo bastante la importancia de que la progresía de nuestro país, y sus extensiones al mundo del arte y la cultura, abandonen por un momento las cómodas posiciones del buenismo y/o de su versión de moda, el buenrollismo, y den valor al sentimiento patriótico, más allá de lo que establece el Estado de Derecho y el imperio de la ley.

 

Que se reconozca desde estas posiciones un sentimiento nacional por encima de ideas y colores y que se deba un respeto elemental a los símbolos, es fundamental en estos tiempos de tanta división y enfrentamiento. Y que se haga por boca de un Víctor Manuel, de un Joan Manuel Serrat o de un Loquillo, es auténtico oro molido en esta sociedad tan polarizada y descomprometida.

Ojalá cunda el ejemplo y se pierda el miedo a apelar a una unidad nacional que a todos conviene. Especialmente a los que más la aborrecen.