| 17 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Ha pasado ya más de un año del Botánic II
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Ximo Puig y la partida electoral en la que sus piezas aún encajan...por poco

La encuesta de Esdiario pone de relieve que mientras el PSPV sigue subiendo, sus socios continúan bajando, y que lo que pierde Ciudadanos lo fagocita sobre todo el PP

| Héctor González Edición Valencia

A Ximo Puig y al PSPV que todavía lidera le siguen encajando las piezas y cuadrando las cuentas. Aunque cada vez le sobra menos. Sí, su partido gana, pero sus socios (Compromís y Unides Podem), pierden. En 2015 el Partido Socialista logró 23 escaños y, junto con sus dos acompañantes, dominaba con amplitud Les Corts aglutinando 55 butacas del total de 99.

En abril de 2019, tras su órdago de anticipar las elecciones valencianas y "singularizarlas", el PSPV subió a 27, cuatro más de los que tenía, pero la suma de Compromís y Podem perdía siete. Por tanto, entre los tres aglutinaban (y lo siguen haciendo) 52.

Y ahora, según la encuesta que publica Esdiario, volverían a bajar. En este caso 1 escaño para quedarse en 51, al límite de la más pelada mayoría absoluta en Les Corts, que son 50. Eso sí, el PSPV ganaría de nuevo y escalaría un diputado más. El socialismo progresa, y sus socios pierden.

Primera fase de la pandemia

Sería el dictamen después de la primera fase de la pandemia, la marcada por la anulación de Fallas y Magdalena, el enclaustramiento, el encierro casi absoluto, los seis estados de alarma, el drama del personal sanitario sin las necesarias medidas de protección para hacer frente a los embates letales del covid-19, la tragedia en las residencias de ancianos, los pasos en falso y rectificaciones en la desescalada y un largo etcétera de experiencias colectivas y políticas vividas en los últimos tres  meses. 

 

Para bien o para mal, Ximo Puig, como presidente de la Generalitat, las ha liderado. O las ha lidiado. Con vaivenes, como todos, con disculpa pública incluida y con unos socios que han preferido tener un protagonismo secundario. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, ya lo anticipó cuando mantuvo en su agenda la asistencia a la opera (aunque luego se marchara precipitadamente) al tiempo que el Consell sentenciaba las Fallas de este año por imperativo sanitario un fatídico 10 de marzo. La antesala de lo que vendría.

Después llegaron los anuncios del conseller Marzà de unas tablets que nunca acababan de entregarse al alumnado para el ´telestudio´ y la traslación de la vicepresidenta, Mónica Oltra, de las explicaciones sobre las residencias a la consellera de Sanitat, Ana Barceló, del PSOE.

Quizás por ese motivo baja dos escaños Compromís en la encuesta de Esdiario. El resto de formaciones sigue más o menos la inercia nacional, sobre todo con el PP al alza, Vox en un moderado ascenso y Ciudadanos en caída libre por la deserción de su ala derecha y mientras encuentra su centro. Y Podemos, también en la tónica nacional de quedarse como está.

Poco condiciona esa tendencia la acción autonómica, menos beligerante en el caso del PP con el PSOE y con los intentos del vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, de asomar una patita moderada y colaboracionista a sus socios para salir de la crisis. Aunque por sus limitadas competencias poco hueco le dejaban.

Compromís es el único partido autóctono en este elenco, aquel cuya seña de identidad tiene raigambre exclusivamente valenciana y al que se le juzga por la gestión autonómica o, como mucho, por los cambios de estrategia de su único diputado estatal, Joan Baldoví, que ha pasado del apoyo innegociable a Pedro Sánchez a votarle en contra dos propuestas de estado de alarma con la reivindicación de la financiación como bandera. Mientras antes se conformaba con promesas ahora exige realidades.

Y volviendo a Ximo Puig, sale de la encuesta incluso mejor parado que su partido a nivel nacional. No baja, sino que sube, aunque tenga a un PP robustecido pisándole los talones. Si se presentara, volvería a ganar. Habrá que ver si se presenta, eso sí; o si la pujanza de la familia ´abalista´de su partido más la suma de los ´críticos´que va acumulando le dejan finalmente descabalgado. El congreso de 2021 dictaminará.

Y, si consiguiera volver a presentarse, puede que venciera en la batalla pero perdiera la guerra, que ganara las elecciones pero sumara menos que una hipotética unión de PP, Vox y Ciudadanos. Aunque ya no se puede presuponer, como ocurría en la época de euforia de Albert Rivera, que Cs vaya a juntarse sin más con los otros dos partidos.

En la práctica, Puig añade en los últimos años, si consideramos las elecciones de 2015 y 2019 y la encuesta de Esdiario de junio de 2020, cinco escaños más a su bancada, pero sus socios se dejan por el camino nueve. Si la tendencia se mantiene, dentro de tres años las tornas pueden cambiar. Aunque afirmar en política que una tendencia continúe todo un trienio es demasiado decir.