| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Villoria, con la artista Pilar Cocero, cuando fue concejal de Cultura
Villoria, con la artista Pilar Cocero, cuando fue concejal de Cultura

Enrique Villoria, el adiós al artífice de los seis grandes túneles de Madrid

Fue la mano derecha de Álvarez del Manzano en los tiempos en que arrasaba el alcalde de origen sevillano. E impulsor de algunas de las obras más relevantes de Madrid.

| R.R. Opinión

No fue Tierno Galván, el mítico alcalde de Madrid que marchó a la eternidad en un funeral de Estado, pero coincidió con él y compartía con el viejo profesor esa afectuosa y educada forma de ver la vida. Enrique Villoria, concejal de Madrid desde las postrimerías del franquismo hasta el friso del año 2000, acaba de morir a los 80 años en un anonimato político que en realidad buscó al abandonar la actividad pública a finales de los años 90, envuelto en acusaciones que le hicieron daño y acabaron, como tantas veces, en la nada. Algo muy injusto.

Grandes obras

Su legado, sin embargo, es bien vistoso: los seis grandes túneles de Madrid, que conectan con el centro y el extrarradio todos los puntos cardinales del rompeolas de España, tuvieron su impulso, aunque el último, en O'Donnell cerca del célebre Pirulí, no llegó a inaugurarlo.

 

Villoria, en los años 90, en una imagen de Pilar Cocero

 

Su herencia también incluye el Palacio de Hielo y de algún modo el Campo de las Naciones, emblema de Madrid y también foco de algunos de los problemas que le hicieron marcharse tras protagonizar una de las batallas políticas más cruentas entre el PP y el PSOE de aquellos años, con Manzano y Barranco al frente, que hoy, viendo cómo se las gastan todos, parecería un juego de niños.

El otro Enrique

Villoria, nacido en Madrid en 1937, fue junto a otro caído, José Ignacio Echevarría, el mayor apoyo del alcalde Álvarez del Manzano, y ambos solían decir que eran "el pim pam pum del Ayuntamiento". Quienes le han conocido le recuerdan como un señor de los de antes, serio y cariñoso según cada circunstancia, con ese saber estar que rememora aquel aforismo según cualquier tiempo pasado fue mejor. Una excelente persona y un político de altura. Adiós a Enrique, pues, el otro gran Enrique de la política madrileña de antaño.