| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, en una imagen de archivo.
Pedro Sánchez, en una imagen de archivo.

Los planes "podemitas" de Sánchez que ponen los pelos de punta a parte del PSOE

La abstención en el acuerdo entre la UE y Canadá divide al grupo parlamentario. Es la primera medida que anuncia un "giro radical" en la política socialista para buscar el voto 'populista'.

| ESdiario España

El polémico cambio de posición del PSOE en la votación del Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá (CETA) será solo la primera medida correctiva que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aplicará a la línea política que su grupo había trazado en el Congreso de los Diputados. El nuevo líder socialista cree que para recuperar los votos huidos debe cumplir a rajatabla el proyecto político con el que ha sido aupado por los militantes y que incluye escorar el PSOE hacia la izquierda para robar espacio a Podemos. Y va a hacerlo aunque ello suponga incumplir compromisos previamente alcanzados por la gestora con otros grupos políticos, en el Parlamento español o el europeo, así lo cuenta ABC.

Lo anunció el portavoz socialista, Óscar Puente, en la SER sin avanzar aún cuáles serán los próximos temas en los que su bancada mutará de posición y en plena división interna tras la rectificación del voto para el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá de un inicial "a favor", por una abstención. "El PSOE va a cambiar su posición en aquellos asuntos que no sean acordes con el diseño de proyecto político que nació este fin de semana en un Congreso Federal que se venía gestando en los últimos tiempos y con el que pretendemos ser el partido que responda a los deseos de la mayoría de los ciudadanos", aseguró Puente.

La declaración cogió con el pie cambiado a la dirección parlamentaria socialista, centrada aún en contener el incendio provocado en el bando susanista por la modificación del voto para el CETA. "De momento no hay nada pendiente. No sé a que se puede referir", comentaban a ABC fuentes de la dirección del grupo parlamentario.

El riesgo más inmediato al que se enfrenta el Grupo Socialista en este momento es la ruptura de la disciplina de voto por parte de los diputados susanistas, para apoyar la aprobación del Tratado. Una circunstancia que arrojaría serias dudas sobre el control real que Sánchez ostenta sobre el grupo parlamentario. Pero pese a la preocupación existente, varios diputados cercanos a la presidenta andaluza, Susana Díaz, descartaron este extremo. "No vamos a coordinarnos para saltarnos la disciplina de voto como hicieron ellos (el equipo de Sánchez), tenemos más lealtad al partido", aseguraron.

Y no es que sobren. Los portavoces de Exteriores José Ignacio Sánchez Amor y Soraya Rodríguez han avanzado a sus compañeros que no se sienten cómodos defendiendo la abstención al CETA porque creen en el voto a favor. Si no cambian de opinión y se niegan a argumentar la nueva posición, la dirección socialista tendrá que buscar a un nuevo portavoz que asuma el encargo. Una muestra más de la división interna existente en el seno del grupo.

La brecha abierta por el CETA también ha alcanzado al partido, con defensores de la potestad de Sánchez para tomar las decisiones que considere adecuadas, como el líder del PSC, Miguel Iceta, y críticos con el cambio de posición en un tema tan importante como el exministro socialista Miguel Sebastián.

Los reproches se centran en que la abstención no se ha motivado todavía, es decir, no se han explicado los argumentos que han llevado a Sánchez a optar por ella. Pero también al hecho de que el líder adoptara unilateralmente la decisión sin someterla a debate interno.

Para contrarrestarlo, Puente aseguró que la decisión final se adoptará el lunes durante la reunión de la ejecutiva. Pero nadie cree que haya margen real para que vaya a ser modificada. 

El bando susanista recordaba que su papel es institucional y tiene como objetivo acercar posturas cuando se produce un desacuerdo interno. "Si vamos a tener que hacer lo que diga la presidenta y no el secretario general empezamos muy mal", lamentaban varios diputados. Y ésta es solo la primera medida correctiva aplicada por Sánchez.