| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El irresponsable Sánchez mete al Rey en el ojo de un huracán ya desatado

| EDITORIAL Editorial

 

 

Con unas irresponsables declaraciones más, Pedro Sánchez ha avalado de un plumazo la inmensa campaña contra la Monarquía Parlamentaria emprendida desde hace meses, por distintas razones pero idéntico objetivo, por populistas de Podemos e independentistas catalanes y vascos.

Defender que acaba la inviolabilidad de Felipe VI y asegurar que el propio Monarca está de acuerdo es una peligrosa frivolidad nada inocente, por mucho que esa reforma sea inviable y por mucho que el propio PSOE haya tenido que aclarar, al poco de hablar Sánchez, que esa reforma constitucional no está en la agenda.

Ni es inocente ni casual que Sánchez señale al Rey sabiendo que no puede cambiar la Constitución

Entre otras cosas porque de estarlo, necesitaría de unas mayorías inalcanzables para modificar el Título II de la Constitución, como bien sabe el presidente. Precisamente por la imposibilidad de cambiar el estatus de Felipe VI, que no puede hablar ni cuando hablan de él en esos términos, no es inocente la postura de Sánchez y tiene una evidente intención política.

Que es cohesionar a sus socios de moción de censura, no entregar la bandera republicana a Pablo Iglesias y hacerse el moderno con capas sociales absurdamente convencidas de que la Monarquía es una reliquia predemocrática frente a las bondades de una República que, en sus actuales paladines, es más guerracivilista que otra cosa.

Un irresponsable

Poner en el disparadero al Rey en estos momentos, avalando la presentación de su inviolabilidad como un privilegio cuando en realidad es una garantía del ejercicio de sus funciones, no sólo confirma a Sánchez como un irresponsable capaz de cualquier cosa para llamar al atención, sino también como un político dispuesto a hacerlo, llegado el caso, si atiende a sus intereses.

Sánchez señala a PP y Cs si dialogan con Vox, mientras él le debe el puesto a Otegi o Puigdemont

Este episodio, unido a la infame estigmatización de PP y Cs si llegan a acuerdos con VOX mientras se ha llegado a La Moncloa con Otegi, Puigdemont y Junqueras; evidencia una vez más la urgente necesidad de contrastar si las propuestas, decisiones y actitudes de Sánchez tienen o no el plácet de los españoles. Que se niegue a preguntarles en las urnas parece sugerir la respuesta. Y lo ocurrido en Andalucía lo confirma.