| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

El bochorno de RTVE muestra la cara del Gobierno y la necesidad de Elecciones ya

El asalto a La Moncloa con Podemos y los independentistas se repite de nuevo en RTVE, con un vergonzoso pasteleo de cargos que entrega a Pablo Iglesias la elección del presidente del ente.

| ESdiario Editorial

 

 

El decreto ley -la forma legal de denominar al mero 'dedazo'- aprobado hace una semana por el Consejo de Ministros para tomar el control de RTVE saltándose la legislación vigente, sorteando al Congreso y pisoteando la necesaria pluralidad del ente público; ha culminado sólo unos días después con un espectáculo lamentable a cuento de la designación del presidente de la Corporación que confirma y demuestra varias cosas.

La primera, y más importante, es que la única intención del Gobierno y de sus socios es asaltar RTVE para tomar el control absoluto de ella y convertirla en el epicentro de su acción mediática: sortear la convocatoria de un concurso público para designar a los directivos de la casa, prescindir del criterio de los letrados de la Cámara Baja e ignorar a la Mesa del Congreso retrata a Pedro Sánchez de nuevo como un codicioso político dispuesto a cualquier cosa para alcanzar el poder y retenerlo.

La constatación de que Iglesias, con una opinión regresiva de los medios, es el encargado de elegir presidente en RTVE, es un escándalo absoluto

Si para llegar a La Moncloa se apeló a una supuesta necesidad democrática inaplazable que camuflara el adverso designio de las urnas para los socialistas  y la catadura de los socios de moción de censura; en el caso del ente se apela de nuevo a una imprescindible renovación para, en realidad, tomar al asalto un servicio público y utilizarlo como aparato de propaganda.

 

En ambos casos Sánchez sustituye las circunstancias que en una democracia preceden a la toma de decisiones -los votos por un lado; el consenso por otro- por razones etéreas melodramáticamente expuestas que maquillen lo indeseable de su actitud: ignorar el designio de las urnas y, con una minoría aplastante y pagando unas facturas insólitas a quienes le permitan sumar, hacerse con todas las herramientas de poder del país.

Una subasta indigna

Disipado el humo y la retórica, quedan los hechos. Y si en el caso del Ejecutivo las concesiones al separatismo son ya evidentes en todos los órdenes; en el de RTVE la subasta de nombres, cargos y componendas ha alcanzado ya el clímax a los ojos de todo el mundo.

 

 

Que una de las candidatas a presidir la Corporación, la periodista Ana Pardo de Vera, haya revelado públicamente que fue Pablo Iglesias quien la llamó para ofrecerle el cargo, denota la miserable manipulación que se pretende hacer de la televisión y radio públicas en España y, además, la auténtica naturaleza del pacto que impulsa al Gobierno: tras sus cantos regeneradores, lo que hay es un bochornoso reparto de cuotas en el que cada socio de Sánchez se cobra las facturas que desea por haberle aupado a la presidencia después de las dos peores derrotas del PSOE en su historia.

A Sánchez no le han elegido los ciudadanos para hacer lo que hace. Pasar por las urnas es una urgencia democrática

La constatación de que el líder de Podemos -conocido por sus opiniones regresivas sobre el papel de los medios de comunicación y su apuesta por intervenirlos o expulsarlos del juego democrático- es el encargado de escoger al máximo responsable de RTVE; supone un escándalo que supera todos los intentos conocidos de control y manipulación en una televisión pública: si antes de llegar ya se comportan así, cuando logren aterrizar el paisaje de purgas, nombramientos y usurpación alcanzará sin duda cuotas inéditas ante las que los profesionales del ente, siempre alertas ante el PP, han de rebelarse con contundencia.

 

El pasteleo de nombres para encabezar el ente, los vetos que a unos y otros le han puesto algunos de los participantes en las negociaciones  y los detalles que de todo ello han dado los propios periodistas utilizados de mala manera por los políticos; constituye un abuso  en sí mismo y perfila cómo va a actuar en todo un Gobierno tan legal como ilegítimo y tan abonado a la imagen como débil en su acción.

El asalto a RTVE es, por lo demás, el enésimo ejemplo de la voluntad de Sánchez de eternizarse en un cargo al que llegó sin el plácet de las urnas y que se comprometió públicamente a ocupar muy temporalmente para convocar Elecciones Generales y darle a la ciudadanía la decisión sobre quién debe gobernar España.

Urgencia democrática

En lugar de eso, y exclusivamente para mejorar sus perspectivas electorales, se está comportando con un presidente omnímodo dispuesto a ocupar todos los espacios de poder y a compartirlos exclusivamente con quienes le sostienen en el cargo. En ese panorama de reparto con Podemos y los nacionalistas, la convocatoria de Elecciones en el plazo de tiempo más corto posible es, simplemente, una urgencia democrática.