| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El economista Rallo pone una pregunta sobre la mesa que hace trizas a Podemos

El relato podemita no casa con la vida interna del partido y los últimos acontecimientos ha llevado al economista azote del partido morado a plantear una cuestión que les pone la puntilla.

| ESdiario Medios

Ahora que Podemos vuelve a estar en el candelero de la polémica por una guerra interna que tiene al partido desangrado, Juan Ramón Rallo aprovecha su columna de El Confidencial para hacerse en voz alta una pregunta que pone la puntilla a los de Pablo Iglesias: "Si Podemos lucha por el pueblo, ¿por qué se matan entre ellos?".

Recuerda Rallo en un artículo sonrojante para Podemos que "irrumpió en la política española con un mensaje populista muy claro y contundente: si cada vez más gente vive peor en España es porque el país ha sido tomado por una casta extractiva que se enriquece a costa de empobrecer a la gente. Las dificultades sociales, económicas y políticas no se debían a ninguna fatalidad insuperable, como pudiera ser la más brutal crisis económica de las últimas décadas, sino a la falta de voluntad política para solventar los problemas del conjunto de la ciudadanía a costa de recortar los privilegios parasitarios de la oligarquía dominante. De ahí el si queremos, podemos: nuestras cadenas eran autoimpuestas por la falta de voluntad política para desembarazarnos de ellas".

Así, tal como señala el economista, "la narrativa dividía a la sociedad entre un pueblo maltratado y una élite maltratadora, dentro de la que Podemos emergía como el representante de los intereses del pueblo y de todos los distintos colectivos que lo integraban. Frente a ellos, la partitocracia popular-socialista únicamente estaba preocupada por salvaguardar los intereses de las clases dominantes".

Vamos, que "si los protagonistas y los antagonistas estuvieran tan claramente determinados, nos hallaríamos ante una mera batalla entre el bien y el mal dentro de la que los afiliados y dirigentes de Podemos cooperarían todos a una para luchar y derrocar a los malos".

Todo bien si no fuera porque "prácticamente desde sus orígenes, Podemos ha estado caracterizado por divisiones internas entre corrientes muy marcadas y por feroces luchas intestinas entre ellas" y, "en la actualidad, los reductos del errejonismo concentrados en Madrid han conspirado junto con Bescansa para dar un golpe interno en Podemos y derrocar al pablismo, el cual finalmente se ha defendido forzando una lista unitaria que ponga fin, de momento, a las luchas de poder". 

Por eso Rallo concluye que "el relato podemita no casa con la vida interna del partido: si los malos son los otros (la casta o la trama), ¿a qué viene tanto enfrentamiento interior? ¿Por qué no se mantienen todos coaligados y bien avenidos para hacer frente a los enemigos del pueblo? Una de dos: o Podemos ha sido infiltrado por los malos (es decir, y según la historia que se crea cada cual, o Pablo Iglesias o Íñigo Errejón o Carolina Bescansa son submarinos de las oligarquías patrias para dinamitar internamente Podemos) o existen divergencias irreconciliables entre las distintas concepciones sobre qué significa defender los intereses del pueblo". 

Y ninguna de las dos opciones deja muy bien al partido del pueblo...