Cinco años después: Así fue el día más difícil y amargo para la Reina Sofía

El pasado ocho de abril se cumplió el quinto aniversario del caso Botswana que significó el principio del fin del rey Juan Carlos. Como se recordará, se descubrió que el monarca sufrió una caída mientras disfrutaba de unas vacaciones en el país africano junto a su amiga especial Corinna. Para colmo, se filtraron fotos de don Juan Carlos, rifle en mano, posando delante de un elefante. Prueba fehaciente de que su pasión cinegética no ha disminuido con los años.

Don Juan Carlos tuvo que ser trasladado de inmediato a Madrid para que le operaran la cadera derecha, que se rompió por la noche, cuando salió de la cama para ir al lavabo y la poca iluminación hizo que tropezara. Si hasta el momento todo se le había disculpado al monarca, con Botswana se rompió la baraja. Muchos políticos dejaron entrever su malestar y también esos ciudadanos Juancarlistas que, durante años, aprobaron su reinado aún no siendo monárquicos.

Si algo molestó sobremanera a los españoles fue que el rey disfrutara de unas vacaciones de lujo, tan solo al alcance de los afortunados, mientras en muchos hogares se sufría por culpa del paro. La situación económica no era buena y la crisis atizaba con fuerza. Poco empleo y mal pagado. Fue esa falta de empatía la que hizo que a don Juan Carlos le llovieran los reproches. “No volverá a ocurrir”, expresó a modo de disculpa pero para entonces ya era muy tarde y se había activado la maquinaria de la sucesión.

Doña Sofía le echó en cara su comportamiento y que hubiera vuelto a faltarle el respeto

A partir de Botswana, la imagen del rey emérito ha caído en picado. El efecto que marcó esa circunstancia hizo que muchos medios hablaran abiertamente sobre la vida de lujo y placer que disfrutaba el monarca. Su faceta de bon vivant quedó al descubierto. También sus humillaciones a la reina, con quien mantuvo una conversación de lo más tensa mientras convalecía en el hospital tras haber sido operado de urgencia. Doña Sofía le echó en cara su comportamiento y que hubiera vuelto a faltarle el respeto. No era la primera vez que la reina tenía que tragarse públicamente el sapo de Corinna. Ocurrió años atrás, cuando don Juan Carlos fue intervenido en el Hospital Clínico de Barcelona y ambas mujeres se cruzaron en el pasillo.

Diez años estuvieron juntos el rey emérito y Corinna. Viajaban juntos y no se escondían. Incluso ella hizo negocios muy lucrativos vía situación sentimental. Ha sido de las pocas mujeres a las que don Juan Carlos le ha aguantado broncas en público. Aceptó a regañadientes cortar la relación. Eso sí, le dio públicamente el sitio que había ocupado en su vida al permitirle conceder entrevistas a diestro y siniestro en medios muy prestigiosos.

 Realmente, escandaliza y molesta saber hasta qué punto las mujeres que han formado parte de la vida extramarital del rey se han beneficiado de su poder para lucrarse. Los negocios de Corinna sirven para ilustrar este punto ya que pasaba por ser una agregada comercial más en la comitiva del monarca que viajaba por el mundo buscando abrir nuevas vías de negocio entre España y otros países. Luego está el dinero que su majestad percibía para su manutención y la de su familia. ¿Qué cantidad ha destinado don Juan Carlos de este dinero, que sale de los impuestos de los ciudadanos, para sus amigas? No, no se trata de una cuestión de chismorreo, sino de transparencia, a la que todos los contribuyentes tienen derecho.