| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez, firmando el acuerdo con los agentes sociales ante la atenta mirada del líder de la CEOE.
Sánchez, firmando el acuerdo con los agentes sociales ante la atenta mirada del líder de la CEOE.

El jefe de la CEOE se encara con Sánchez en público por su subida de impuestos

El presidente había preparado el acto solemne de la firma de su acuerdo con los agentes sociales como la gran coartada para que Casado y Arrimadas le extiendan un nuevo cheque en blanco.

| Javier Ruiz de Vergara España

Ya lo insinuó este jueves en su larga entrevista con Antonio García Ferreras. Pedro Sánchez y su estratega en jefe, Iván Redondo, habían puesto todo su empeño en la fotografía que este viernes ha salido del Palacio de La Moncloa. Una "operación imagen" con la mayor solemnidad posible y en teoría solamente protocolaria. Muy lejos de lo que ha sucedido en realidad.

Baste un dato, el acto de la firma de acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales ha anulado la tradicional comparecencia ante los medios de comunicación tras el Consejo de Ministros. No había ocurrido nada parecido en décadas, salvo la excepción del viernes posterior a la abdicación del Rey Juan Carlos.

Garamendi, a la cara de Sánchez: No compartimos el planteamiento fiscal del Gobierno. No es el momento de subir impuestos y sí de combatir la economía sumergida".

El motivo de este nuevo golpe de efecto diseñado por el jefe de gabinete de Sánchez tenía un claro objetivo. Meter toda la presión posible al PP. También, en menor medida, a Ciudadanos.

No en vano, la imagen de la firma de Sánchez junto a las de Antonio Garamendi (CEOE), Gerardo Cuerva (Cepyme), Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CCOO) se producía apenas dos horas antes de la votación de las conclusiones de la Comisión de Reconstrucción en el Congreso de los Diputados.

La propia Moncloa reconoce que Sánchez ha priorizado el acercamiento a los empresarios, antes  que un diálogo sincero con Pablo Casado. Para, de esta forma, meter presión al líder del PP. Pero lo que no esperaban ni Sánchez ni Redondo es que el presidente de los empresarios alzara la voz para leer la cartilla al jefe del Ejecutivo apenas 24 horas después de solemnizar su hachazo fiscal generalizado. Rompiendo los rigores del protocolo.

CEOE, Cepyme, UGT y Comisiones Obreras, en el foto que más buscaba el Gobierno.

 

Y es que, como informó ESdiario este jueves, la hoja de ruta de Sánchez con su subida de impuestos ha desoído las recomendaciones de la CEOE para acercarse más al cumplimiento del acuerdo de investidura firmado entre PSOE y Podemos. Una subida de impuestos que hace imposible el acercamiento de Casado a Sánchez cara a empezar a negociar los próximos Presupuestos Generales.

 

Así que han sido los propios líderes empresariales los que han arruinado la estrategia del Gobierno para las próximas semanas. Lo han querido hacer, además, en público con cámaras y micrófonos por delante. Primero, Gerardo Cuerva, máximo responsable de los pequeños y medianos empresarios. "Subir los impuestos sería un error", ha denunciado a la cara de Sánchez. "La subida a las grandes empresas también repercute en las pequeñas y puede lastrar el crecimiento económico y la inversión", ha advertido.

Tras él ha tomado el relevo el propio presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Justo después de que el presidente dijera que el acuerdo firmado tiene "enorme trascendencia". "Que no nos enteremos por la prensa de las medidas que toma el Gobierno...", ha sido el primer dardo replicado en los concurridos jardines de La Moncloa.

"No compartimos el planteamiento fiscal del Gobierno. No es el momento de subir impuestos y sí de combatir la economía sumergida, de ahí salen un montón de millones", ha apostillado delante de la vicepresidenta Nadia Calviño y los ministros María Jesús Montero, Yolanda Díaz y José Luis Escrivá. Y ése ha sido el gran titular de la cita tan planeada por Sánchez. Que buscaba otro y bien distinto.