| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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¿Quo Vadis, doña Inés?

La lideresa de Ciudadanos está irreconocible intentando que, al besar al sapo del Gobierno, se convierta en un Príncipe. Una tarea imposible.

| El Azotador Opinión

 

Escuchar a Inés Arrimadas solía ser un ejercicio placentero. Nunca dice una tontería. Nunca eleva la voz de más. Y casi siempre propone ideas o pactos interesantes. Pero tiene un problema, que empieza a ser muy serio: nunca tiene en cuenta lo que le responden y lo que pasa realmente. Ayer Ciudadanos tuvo un día fino.

Anunció su disposición a apoyar unos presupuestos ruinosos, de corte chavista y letales para la economía y el empleo. Y su respaldo a un estado de alarma de 6 meses que convierte el Congreso en un museo y libera al Gobierno de ataduras judiciales.. Todo ello a cambio de nada.

La ministra de Hacienda negó que fuera a suprimir la subida del impuesto al diésel, la excusa de Arrimadas para respaldar unas cuentas que, con ese impuesto o sin él, son una locura que elevarán la deuda al 125%, el paro al 20% y consolidarán la agenda ideológica bolivariana del Gobierno y separatista de sus socios. Y si al final lo hace, será a petición del PNV, no de los naranjas.

Doña Inés, en esta apartada orilla no hay un Don Juan ni un Príncipe azul ni esto es un cuento, salvo de terror

Y para rematar la humillación, Pablo Echenique llegó a reírse en público de que, pese a ser unas cuentas públicas tan nacionalpopulistas, Ciudadanos se las comiera y fuera a apoyarlas. Una manera de demostrar que no les necesitan y que, sin aún así se arrodillan, no recibirán a cambio mucho más que desprecio.

No es el Tenorio

Arrimadas se cree el hada del cuento que, al besar al sapo, lo convierte en Príncipe. Cuando abra los ojos, se dará cuenta de que solo lo han engordado y que sigue siendo feo, viscoso, sucio y un poco más pendenciero.

Pero está tan empeñada en que no la confundan con VOX, que no se da cuenta de que se parece sin querer a Podemos. Vaya papelón, doña Inés, confundir al villano Sánchez con el galán Don Juan y acabar, en este apartada orilla, en tierra de nadie.